LIBERTADORES

Aquel Nacional cerrado, jugando bastante lejos del arco rival, protegiéndose a lo ancho de la cancha y utilizando mucha energía en evitar que el fútbol de posesión de Independiente del Valle le desarticulara sus líneas defensivas no aparecerá en Buenos Aires frente a River Plate por la Copa Libertadores. Esa fórmula que permitió eliminar al campeón de la Copa Sudamericana y entrar al selecto grupo de los ocho mejores ya dio sus frutos, por lo que ahora viene una nueva estrategia.

Según supo Ovación, en los diálogos mantenidos entre el entrenador Jorge Giordano y los futbolistas ya quedó claro que “no se ejecutará el mismo plan”.

Para empezar, se entiende que el River de Marcelo Gallardo propone otro estilo de juego y que ese accionar se ajusta mucho más a lo que está acostumbrado a combatir el futbolista uruguayo. De hecho, que haya una intención de ser muy intenso en el juego directo perfila mejor al tricolor para lograr que el partido pueda volcarse a su favor durante mayor cantidad de minutos.

Evidentemente que nadie quiere patinar en el Libertadores de América, y ello implica que deba jugarse aplicado y concentrado, especialmente porque se reconocen las enormes virtudes del conjunto de Marcelo Gallardo.

Empero, hay una gran lectura de las situaciones que se pueden fomentar para que Nacional consiga sacar provecho de sus virtudes.

Además de tener plena confianza en la tarea que pueden desarrollar los mediocampistas, se ha comprobado que River no ha estado muy fino en los pases entre líneas, que en algunas jugadas puntuales una presión de tres cuartos provocó errores y que, por otra parte, ha tenido inconvenientes en su área.

Por eso, quedarse atrás como ocurrió en octavos o como lo hizo Paranaense ante el Millonario, no es la fórmula madre del tricolor.