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"Picante" Pereyra: "El descenso es un momento terrible, sé lo que se siente"

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César "Picante" Pereyra. Foto: Ricardo Figueredo.

HISTORIAS

"Lo que pasó con River yo lo deseaba, esto fue otra cosa", afirmó el autor del gol que mandó a Danubio a la "B". "Es un grande y va a volver rápidamente", agregó el delantero argentino.

"Cuando me dicen César me parece raro, porque ya nadie me llama por mi nombre”, dice el “Picante” Pereyra, el argentino que defiende hace dos años a Deportivo Maldonado y que convirtió en los descuentos el gol que mandó a Danubio al descenso. Algo que no disfrutó porque hace años le tocó bajar con Unión de Santa Fe y sabe lo duro que es para cualquier futbolista. Por eso, tras el partido disputado el martes pasado en el María Mincheff de Lazaroff, se arrimó al banco de los de la franja e intentó confortar a sus colegas, aunque más no fuera con una palmada en la espalda o una palabra de aliento.

El delantero también tuvo que ver en el histórico descenso de River Plate a Segunda en 2011, pero asegura que ambas situaciones son muy diferentes . “Se relaciona con lo que pasó con River, pero es muy distinto. No es lindo tener que ser jueces o definir algo que se viene acarreando de antes y a la larga iba a pasar. Nos tocó a nosotros con Danubio y justo la pelota me quedó ahí en el último minuto. Errarlo hubiera sido muy raro porque me quedó justa. Lo podía haber hecho cualquier otro, pero me quedó a mí para que hoy se esté hablando de esto más que de otra cosa. Pero no tiene nada que ver”, contó.

“Lo que pasó con River yo lo deseaba, esto fue otra cosa, nosotros con Deportivo necesitábamos ganar para ver si podíamos entrar a la copa y justo enfrente estaba Danubio, nada más que eso. Ya está, ya pasó. Danubio es un grande y va a volver rápido seguramente”.

El festejo de César "Picante" Pereyra en el duelo entre Danubio y Deportivo Maldonado. Foto: @maldosad.
El festejo de César "Picante" Pereyra en el duelo entre Danubio y Deportivo Maldonado. Foto: @maldosad.

Reconoció que tiene guardado todo lo que usó en Belgrano cuando ellos lograron el ascenso y mandaron a River Plate a Segunda. “A lo largo de mi carrera me acostumbré a atesorar cosas que me han marcado. Cambios de camisetas y esas cosas, pero lo del ascenso lo tengo todo. Guardé la ropa de concentración, zapatillas, medias, slips ¡y hasta la última pelota del partido!”, admitió.

“Nosotros ganamos esos dos partidos y pudimos subir, pero nadie habló de nuestro ascenso sino de que River había bajado, algo que quedó marcado para la historia argentina y mundial porque la noticia recorrió el mundo. Nosotros lo disfrutamos desde nuestro lugar y yo doblemente porque me tocó hacer un gol y por ser hincha de Boca. Fueron muchas sensaciones y hasta el día de hoy se sigue hablando como si hubiera sido ayer ese partido y pasaron ya diez años”.

El “Picante” recordó a su vez cuando le tocó pasar por lo mismo que los futbolistas de Danubio. “A veces a uno le toca poner la cara o el pecho a la cosa por campañas anteriores de otros planteles. A mí me tocó bajar en Unión de Santa Fe cuando recién arrancaba mi carrera. Había jugado pocos partidos en la campaña, pero integraba ese plantel. Y después en Segunda fue aún peor. Casi nos vamos a la B Metropolitana, que es como Tercera. O sea que lo viví y sé lo que se siente. Son momentos de mucha desesperación estando dentro de la cancha, pidiéndole a los rivales que nos dejaran hacer un gol porque nos jugábamos un montón y de repente el del frente no se jugaba nada”.

“Lo que pasó con River yo lo deseaba, esto fue otra cosa"

César "Picante" PereyraTras marcar el gol con el que descendió Danubio

Su apodo surgió cuando jugaba en Segunda División en su país y un periodista que hacía los compactos de los partidos le dijo “Picante” una vez y luego lo empezó a repetir. Pero el sobrenombre cobró mucha más fuerza y le quedó para siempre en Córdoba, cuando defendía a Belgrano. Es que la palabra picante es muy común en el vocabulario de los cordobeses.

“Es una palabra que se usa en el día a día, todo el tiempo. Para todo, por ejemplo dicen ‘está picante el guaso’ o ‘está picante para tal o cual cosa’. Ahí me bautizaron del todo. Mi nombre ya no existía, por eso me acostumbré tanto a que me digan Picante y es también una forma para que me conozcan. Aunque la verdad no sé si soy picante, para mí soy normal nomás”, explicó.

Lleva dos años en Deportivo Maldonado. Llegó en 2019 cuando el equipo estaba en Segunda. Acababa de terminar su contrato en Blooming de Bolivia y estaba en Argentina buscando un club. “Ya era febrero y en casi todas las ligas estaban comenzando las pretemporadas. Uruguay arrancaba un poco más tarde y estaba esa chance. Tengo conocidos y familiares de mi medio hermano que son uruguayos y justamente hinchas de Deportivo Maldonado. Siempre estaba con ellos esa chicana de que algún día pudiera venir a jugar acá, pero siempre como un chiste, como una joda. Pero apareció ese sondeo y cuando me lo ofrecieron no lo dudé. Llegamos rápido a un arreglo y terminé jugando en Deportivo de un día para el otro y ascendiendo, que era lo que quería el club”, relató.

“Y este año fue muy atípico, pero por suerte logramos el primer objetivo que era mantener la categoría y ahora esperando el último partido con Nacional, a ver si se puede dar lo de la copa también, que sería muy lindo. Dependerá de algunos resultados y de cómo termine todo, pero la esperanza está todavía. El empate del otro día con Danubio nos dio la posibilidad de seguir peleando”.

Vivió el fútbol uruguayo en sus dos principales categorías y dijo que le sorprendió. “Venía con otra idea, no se ve mucho el fútbol uruguayo, pero con lo poco que llega siempre se tiene presente lo de la garra charrúa, el de meter y correr, pero me encontré con que la mayoría de los equipos intentaban jugar al fútbol y proponían. Pensé que iba a ser mucho más luchado, más de meter, y fue diferente. Más en Primera, donde hay equipos que juegan muy bien y los campos de juego son distintos, con mejores pisos que te permiten jugar más. El fútbol uruguayo es competitivo a nivel local y tiene mucho para crecer. Basta con pensar la cantidad de jugadores que salen de acá, hay materia prima de sobra, pero habría que darle mejores condiciones a los futbolistas. Se necesitarían mejores infraestructuras, para que todos los clubes puedan trabajar en las mismas condiciones. Y eso acortaría también las diferencias con otros equipos a nivel internacional”, analizó el “Picante”, quien a sus 39 años y con una extensa trayectoria sobre sus hombros ha jugado en equipos donde contaba con lo mejor para trabajar y en otros que carecían de lo necesario. “Dependerá de que se pueda entender de esa manera y de una vez por todas comiencen a trabajar para tener un mejor fútbol”.

César "Picante" Pereyra en el juego entre Deportivo Maldonado y Liverpool. Foto: Leonardo Mainé.
César "Picante" Pereyra en el juego entre Deportivo Maldonado y Liverpool. Foto: Leonardo Mainé.

Tiene contrato hasta la última fecha del campeonato, o sea hasta hoy, pero le gustaría quedarse. “Hay que volver a hablar, pero obvio que me gustaría seguir. Vine con el equipo en Segunda, logramos ascender y ahora mantenernos en la categoría. Mucho sacrificio y también momentos muy lindos. Me siento muy cómodo y me han hecho sentir muy bien, quiero poder seguir disfrutando de eso”.

Vive en Punta del Este, donde más de uno quisiera estar, cerca del shopping y del mar. Pero a veces el pan le llega al que no tiene dientes. Al “Picante” no le gusta la playa. “No soy mucho del mar, no me llama la atención. Todo el mundo me dice que soy un desperdicio porque tengo todo para aprovecharlo y no lo hago. Pero es un privilegio vivir acá y más de la manera que se vive, muy tranquilo, sólo dedicándome a jugar al fútbol. Sin salirse del foco, porque por ahí se puede agarrar para otro lado, relajarse demasiado y olvidarse de lo que uno vino a hacer. Yo lo disfruto a mi manera, tranquilo, y trato de hacer lo mejor para el club que me trajo”.

En su primer año en Maldonado, el delantero estuvo acompañado por su esposa, pero luego se volvieron a Argentina por tres meses durante el parate por la pandemia y a él le costó que le permitieran regresar, aún teniendo contrato con el equipo fernandino. “Se complicó todo. No nos dejaban entrar porque estaban las fronteras cerradas. Ahora estoy solo esperando a ver qué pasa, si sigo en el club o no para ver cómo nos manejamos”.

Su mujer y sus dos perros están ahora en Santa Fe, capital donde tiene su casa. Los extraña, pero a ella la recuerda en cada festejo de gol. El “Picante” salta como una rana cada vez que manda la pelota a la red. “Todo surgió con un regalo que me hizo mi señora un día que cumplíamos aniversario. En el regalo había un peluche de una rana y me dijo que si hacía un gol hiciera la ranita. Yo jugaba en Belgrano en ese momento, en la Segunda todavía, y en ese partido tuve la fortuna de marcar y me acordé del festejo de la rana. Lo hice una vez y después al partido siguiente lo repetí. Se fue haciendo costumbre. Por suerte la rana saltó muchas veces y trajo satisfacciones. Fue antes de mandar a River al descenso, el festejo tiene sus buenos años ya, pero mientras siga haciendo goles la voy a seguir haciendo”, finalizó ilusionado con la posibilidad de volver a saltar hoy en el partido frente a los tricolores.

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