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Gary Kagelmacher, el líder positivo de Peñarol que salvó su primera prueba clásica

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Gary Kagelmacher. Foto: Gerardo Pérez.
LEO MAINE

TORNEO APERTURA 2020

El zaguero de 32 años tuvo su estreno en este tipo de enfrentamientos y se afianza cada vez más en el equipo de Diego Forlán.

No era un partido más para Gary Kagelmacher. El clásico es el duelo que todo futbolista siempre quiere jugar y al zaguero de 32 años le tocó entrar a la cancha por primera vez en un Peñarol-Nacional. Salvó el examen con alta calificación.

Sólido en la marca, firme en el juego aéreo y seguro con la pelota en los pies, el defensor fue clave para el gol del empate ya que le puso un certero pase a David Terans, quien terminó anotando el definitivo 1-1 en el Estadio Centenario.

Y no fue una semana normal. Se vivió diferente, se respiró diferente, pero sin dejar de lado la seriedad que lo caracteriza dentro y fuera de la cancha, Gary nunca perdió la calma y a su entender, eso fue clave: “Si los nervios o la ansiedad de un partido los llevás a una dimensión que no podés controlar, lo único que lográs es estar más ansioso. Por eso mantener la calma es lo mejor en este tipo de situaciones. Traté de hacer eso durante todos los días para que fuera una semana normal, pero sabiendo de que se trataba de un partido importante como un clásico, que volvíamos a jugar después de mucho tiempo y que tampoco había hinchas en las tribunas”, le contó Kagelmacher a Ovación.

Gary Kagelmacher. Foto: Gerardo Pérez.
El clásico"En todo momento nosotros fuimos para adelante y quisimos ganar el partido. Quisimos más y aún con uno menos el equipo mostró una actitud muy buena y nunca nos caímos por estar en desventaja”.

El zaguero jugó su primer clásico con la misma tranquilidad con la que hizo estas declaraciones mientras disfrutaba del martes libre. En su casa, aprovechando el tiempo con su familia, el futbolista que llegó en enero a Peñarol ya es una pieza clave para Diego Forlán y lo volvió a demostrar en un partido que siempre suele marcar el futuro de jugadores y entrenadores.
“Sabés que hay gente mirándote y que es un partido importante. Me ha tocado jugar encuentros de esta magnitud y cuando era más joven capaz que estaba más ansioso y lo vivía con mucha ansiedad en los días anteriores, pero a mi entender, lo que me han dado todos estos años en el fútbol es que cuando más calmo estás, más rendís y mejor vas a estar en la cancha. De eso no tengo dudas”.

Gary Kagelmacher y Gonzalo Bergessio en el Nacional-Peñarol. Foto: Gerardo Pérez.
Gary Kagelmacher y Gonzalo Bergessio en el Nacional-Peñarol. Foto: Gerardo Pérez.

Charlas íntimas con los referentes del plantel, consultas a los que más veces jugaron un clásico y mucha tranquilidad marcaron la semana de Kagelmacher hasta que llegó la hora de salir a la cancha.

“Fue muy raro porque salimos del túnel y acostumbrados a que en ese momento la gente explote, no había nadie. Si bien la pirotecnia le intentó dar otro ambiente, no había hinchas y salvo algunos aplausos no se escuchaba nada”, recordó.

En los días previos, Gary le pidió al cuerpo técnico de Peñarol videos de los delanteros adversarios para analizarlos: “Me gusta estudiar y ver cómo juegan los rivales, sobre todo los delanteros, pero también los volantes que pueden llegar a caer por mi zona y los que están entre los suplentes. Quise estar preparado porque cuanto más preparado estás, más armas tenés para defender tu sector en la cancha”.

Gary Kagelmacher. Foto: Nicolás Pereyra.
Peñarol salió a buscar la victoria aún jugando con 10 hombres"Cuando hicimos el gol no fue como un alivio porque fuimos por más. No nos conformamos. No queríamos el empate y buscábamos la victoria, pero la pelota no entró a pesar de generar algunas situaciones”.

Y ese plan funcionó. Kagelmacher fue una de las figuras del equipo aurinegro en el retorno de la actividad oficial y mantuvo su nivel respecto a lo que ya había mostrado tras debutar el 15 de febrero en la primera fecha del Torneo Apertura 2020.

Pero la zaga tuvo una falla y fue en una pelota quieta en la que Nacional se puso en ventaja. “Estas cosas pasan a nivel local y mundial. No agradan para nada porque se pueden prevenir, pero a todo el mundo le ha pasado. Son marcas al hombre. Cada uno tiene su jugador de referencia antes del partido y esto es 50 y 50. En este caso tiraron un buen centro, se desmarcó bien Bergessio y pudo convertir. Es algo que debemos corregir y mejorar. No es un tema individual ni un reproche particular, sino que todos debemos mejorar en ese aspecto porque es una cuestión colectiva y no es necesario medir 1,90 para saltar. Hay muchos jugadores que midiendo poco tienen buen timing para saltar, moverse y estar ahí en el momento justo. Es un poco de viveza también del delantero, de estar bien parado y saber ganar su espacio. Esa fue la virtud de Bergessio y no supimos contrarrestar. Tenemos que estar más atentos, pero son cosas que pasan y van a seguir pasando. Lo que tenemos que hacer nosotros es tratar de minimizar esos errores para mantener el cero en el arco. Una cosa es que te hagan un gol imposible de afuera del área o la cuelguen de un ángulo y otra distinta que te conviertan en una situación de pelota quieta y eso sí se puede trabajar y mejorar”, explicó el zaguero.

Con la misma autocrítica con la que describió el gol de Nacional, Gary Kagelmacher habló de las chances que Peñarol no pudo aprovechar de pelota quieta: “Tuvimos muchos córners, teníamos más altura y no pudimos aprovecharla para poder convertir”.

Gary Kagelmacher. Foto: Gerardo Pérez.
Gary Kagelmacher en el clásico del domingo frente a Nacional. Foto: Gerardo Pérez.

El zaguero contó también cómo fue jugar con 10, una situación que no es nueva para el equipo de Diego Forlán ya que de seis partidos oficiales tres los terminó en inferioridad numérica.

“No es lo ideal y esperemos que no pase más, pero ya nos pasó varias veces en esta temporada y el equipo tuvo una buena mentalidad para ganar dos veces —contra Cerro por el Apertura y Jorge Wilstermann por Copa Libertadores— y empatar el domingo. Son cosas para resaltar de este plantel. Hay que creer en los compañeros y pensar que hasta que el juez no pite el final nada está acabado. Hay que saber acomodarse en la cancha, mirarse con los compañeros y tirar todos para el mismo lado. Y eso fue lo que pasó. Las tres veces que me tocó jugar con 10 supimos salir adelante cuando es muy difícil que un equipo en inferioridad numérica domine y hasta incluso haga goles”, expresó el defensor.

Y en un momento en el que Peñarol ya estaba con 10, Kagelmacher fue factor clave para el empate carbonero: le puso una pelota de gol a David Terans que aprovechó una mala salida de Luis Mejía.

¿Fue un pelotazo o un pase largo? Con total sinceridad, Gary Kagelmacher explicó la jugada y contó que “soy honesto y ya habíamos triangulado un par de veces con Krisztián Vadócz que me dio la pelota y venía uno de Nacional a presionarme. En ese momento veo que David está más o menos en la misma línea que los zagueros e intenté mandarle la pelota media llovida sabiendo como zaguero que soy que ese pase te puede complicar. Iban 80 minutos y el físico y la concentración por ahí no es la misma y se puede aprovechar el cansancio de los rivales porque son pelotas bravas. Son esos tres segundos que te ahorrás, porque si la parás, frenás, acomodás la pierna y mirás para adelante, ya te vienen a marcar y estábamos con uno menos. Son variantes que hay que tener porque en un partido así todo puede pasar”.

Gary Kagelmacher y Thiago Cardozo jugando al "Quien es quien". Foto: Captura.
La idea de Forlán"Diego ha cambiado la manera de ver algunas cosas y estos meses nos sirvieron para trabajar mucho en lo táctico, afianzando su idea por más que siempre sabemos que hay margen para seguir mejorando”.

En un partido histórico por ser a puertas cerradas y atípico por todos los condimentos que tuvo, Gary Kagelmacher hizo su debut en un clásico y la primera prueba la salvó con muy buena nota: fue clave en la defensa y asistió a Terans para el gol aurinegro. El zaguero sigue afianzándose en su puesto y está feliz por eso: “Me siento muy bien. Me siento querido por el club y por la gente. Encontré un grupo muy bueno, sano y con ganas de trabajar. Los hinchas me demuestran su cariño y eso me pone muy feliz. Sentirme bien y sentirme importante era lo que más quería y me gusta poder demostrarlo con la seriedad que tengo y le quiero aportar al equipo. Estaba convencido de que iba a entrar y poder demostrar lo mío en la cancha”.

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