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Eduardo Espinel y los pilares en su vida que lo llevaron a ser campeón de nuevo con Plaza Colonia

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Eduardo Espinel con el título obtenido en 2021 y el conseguido en 2016. Foto: Estefanía Leal.
ESTEFANIA_LEAL

EL OTRO PARTIDO

El técnico que se consagró con el "pata blanca" admitió que tiene un sostén fundamental para los buenos y malos momentos: la familia y los amigos.

Son horas y días de mucha felicidad para Eduardo Espinel. Los motivos sobran. El entrenador de 45 años sumó su segundo título con Plaza Colonia y esta vez lo está disfrutando mucho más que en 2016, cuando logró el primero. Y su cara lo dice todo.

Hoy el “pata blanca” volverá a jugar en el Parque Juan Gaspar Prandi -frente a Rentistas a las 12:30- después de haberse consagrado campeón del Torneo Apertura 2021 hace siete días en Montevideo y lo hará con 300 personas en las tribunas, teniendo prioridad la familia de los protagonistas.

Y si de protagonistas se trata, Espinel es uno de los más importantes en la historia de un club que sigue escribiendo páginas memorables. El técnico nacido en Cardona, pero coloniense por adopción y también por sentimiento, ha sido pieza fundamental en dos consagraciones épicas.

Por eso, a la hora de celebrar, los recuerdos vienen a la mente de un tipo humilde y muy querido por todos en Colonia, y que como todos ha tenido momentos muy buenos y también de los otros.

El 2016 fue un año complejo para Eduardo y los suyos. Más allá de haber hecho historia siendo campeón del Torneo Clausura con Plaza Colonia, la vida le dio un golpe durísimo. Su hija fue madre de trillizos, hubo complicaciones y dos de ellos fallecieron. Hoy, Ciro, de seis años, estará en el Prandi viendo la felicidad de su abuelo que después de mucho tiempo tendrá a su familia del otro lado del alambrado. “Esa del 2016 fue una experiencia complicada. Pasamos muy mal. El destino quiso que dos de ellos no pudieran resistir y quedó Ciro, que me acompaña siempre en cada foto, en cada charla, llamada o video, pero sé que los angelitos me están mirando desde el cielo y acompañando a toda la familia en cada momento, no solamente en el fútbol, y por eso es que los recuerdo permanentemente”, le contó Eduardo Espinel a Ovación.

Eduardo Espinel el día de la consagración con Plaza Colonia. Foto: Leonardo Mainé.
Eduardo Espinel el día de la consagración con Plaza Colonia. Foto: Leonardo Mainé.

Esa situación lo marcó. Pero recibió mucho apoyo y contención. Hubo dos sostenes fundamentales para poder salir adelante: “Tengo la suerte de contar con una hermosa familia y unos amigos espectaculares. Y soy de los que piensa que la vida de cada persona debe apoyarse en esos dos pilares porque en cada momento triste que tengamos o cada problema que haya que sobrellevar, son los que te sacan a flote. Por eso digo que cuando llegan las maduras, las lindas, también hay que disfrutarlas con la familia y los amigos porque aguantan tantas cosas que la vida a veces te quita más de lo que te da, y si ellos están en las difíciles, también tienen que estar en las buenas. Por eso para mí la familia y los amigos son fundamentales”.

Sentado en el césped del Parque Prandi entre las dos copas que ganó con Plaza Colonia, el técnico nacido en Cardona no se olvida de sus raíces. Es muy de su familia y de los amigos. Le cuesta dejar sus pagos y cada rato libre que tiene lo aprovecha yéndose a la ciudad que está a 102 kilómetros de Colonia del Sacramento.

Eduardo Espinel previo al entrenamiento con Plaza Colonia. Foto: Estefanía Leal.
Eduardo Espinel previo al entrenamiento con Plaza Colonia. Foto: Estefanía Leal.

“Me encanta juntarme con mi familia y estar con mis amigos. Tomar un mate, charlar, verse. Cuando estás lejos, en otro país o en otra ciudad necesitás esos momentos y no es lo mismo hablar por teléfono o por videollamada porque no hay como el mano a mano. Pero elegí este trabajo y el destino a veces te depara cosas como estar solo y lejos de las personas que más querés y eso no es fácil para mi porque los extraño”, remarcó.

Y la pandemia de coronavirus no fue fácil para Eduardo, pero como toda situación difícil de sobrellevar, marcó una nueva oportunidad: “Eran tiempos complicados y me costó mucho porque además en determinado momento y antes de volver al club estaba sin trabajo. Y ahí se juntó todo. El encierro te trabaja la cabeza pero siempre trato de ser optimista y pienso que lo mejor está por venir. En eso soy muy positivo y en base a eso, la familia y los amigos, siempre creí que la cosa iba a cambiar para bien. Y así fue”.

Es que la salud mental también juega un rol fundamental. No solo en las personas, sino también en los grupos. Hablar sobre este tema para Espinel es clave y, además, entre otras cosas, ayuda a fortalecer a un plantel para salir de momentos complicados. “No soy de hablar de mis problemas personales con los futbolistas, pero sí de preocuparme si a alguno de los jugadores les pasa algo. Tratamos de buscar la solución si es que la hay o de ayudar lo más que se pueda para apaciguar ese dolor. Pero se habla mucho. Esos problemas del grupo se hablan. Se tienen que hablar porque con todas las situaciones que se han vivido en estos tiempos, el tema salió a la luz y si los jugadores necesitan ayuda, acá la tienen porque de eso se trata el compromiso, de preocuparte por el que está al lado y cuando está ese compromiso y el compañero lo ve, lo siente y lo tiene en cuenta, ahí nos damos cuenta que el grupo está fortalecido”.

Eduardo Espinel durante el entrenamiento del plantel de Plaza Colonia. Foto: Estefanía Leal.
Eduardo Espinel durante el entrenamiento del plantel de Plaza Colonia. Foto: Estefanía Leal.

“Plaza Colonia te sana”. Esa frase la repiten muchos de los jugadores que han llegado al club. Y acerca de eso, el entrenador contó que “hay futbolistas que pasaron por malos momentos o vienen de pasarlos y acá encontraron su lugar. Han rendido. Me pasó también en lo personal que estuve más de un año sin trabajar, sin equipo y volver al club fue como retomar las raíces. Me hizo muy bien. A veces está bueno tener la posibilidad de venir a un lugar que te de tranquilidad, que te ofrezca paz y que además sea un sustento para tu trabajo que es lo más importante”.

Muchos dicen y confirman un slogan que ya se transformó en realidad: “Plaza Colonia es un buen lugar para crecer”. El club le da la chance a muchos jóvenes del departamento y zonas aledañas de formarse como jugadores y también como personas sin tener que hacer el gran esfuerzo de dejar su pueblo para irse a Montevideo. Espinel lo deja en claro siempre y además, contó que “para llegar a Colonia tenés 45 minutos o una hora desde muchas ciudades. Lo podés hacer todos los días sin dejar de estudiar para venir, entrenar y ser profesional. Muchos chiquilines lo hacen. Ojalá yo hubiera tenido la oportunidad de formarme como jugador sin irme de mi casa para intentar desde las inferiores de un equipo profesional cumplir ese sueño de trascender. A mí no me pasó, pero hoy Plaza Colonia ofrece eso”.

A Eduardo Espinel le gusta mucho el proyecto del club, la idea de promover jugadores jóvenes formados en la institución y además, del departamento. El éxito se construye mediante un camino a transitar y Plaza Colonia lo está transitando fiel a su estilo. “No sobra nada, no falta nada” es la frase de cabecera, pero también la realidad de una institución en la que la Asociación Civil y la Sociedad Anónima Deportiva tiran para el mismo lado: “Eso es fundamental porque yo desde la experiencia como entrenador veo la compatibilidad que hay entre las dos porque una parte puede ser muy buena gestionando y diseñando proyectos para llevarlos a cabo y la otra tiene que saber de fútbol, porque en definitiva somos un club de fútbol y tiene que haber gente que sepa como los que comandan la SAD. La mancomunión existe, es real y a la vista están los resultados”.

Eduardo Espinel con el título obtenido en 2021. Foto: Estefanía Leal.
Eduardo Espinel con el título obtenido en 2021. Foto: Estefanía Leal.

Carpintero de profesión además de director técnico, Eduardo ya no utiliza a la carpintería como trabajo -supo hacerlo- sino como una “terapia” según dijo: “Cuando tengo tiempo y ganas, prendo las máquinas y armo algo para mi casa. Y después de que están prontas y las ves ahí no es un detalle menor para mi. Me llena de orgullo. También soy de leer muchos libros, pero que no tengan relación con el fútbol. Te puedo nombrar ‘El Secreto’ como uno de mis preferidos porque habla mucho de ser positivos y también de pensar cosas positivas que a la larga te terminan llegando”.

Con mucha humildad, trabajo y amor por Plaza Colonia, Eduardo Espinel sigue escribiendo la historia en un club que lo adoptó como jugador y que hoy lo disfruta como entrenador, pero también como persona muy capaz y con un sentido de pertenencia que genera gran identidad en el “pata blanca”.

¿Var sí o no?

Se perdió mucho la motivación

Eduardo Espinel es uno de los entrenadores que expresa con fundamentos su desacuerdo con el VAR y así se lo contó a Ovación en Colonia: “No me gusta porque se perdió la motivación, hay largas esperas y todavía no está tan claro cuándo VAR sí o cuándo VAR no. Creo que debe ser una herramienta justa cuando se utiliza bien, pero como todavía no está tan claro su uso, hay muchas desprolijidades. Pasó de todo en copas internacionales y también en el fútbol uruguayo hubo cosas que no estuvieron bien. Entonces, por todo eso yo prefiero que le erre el humano y no la máquina, porque además se suman largas y tediosas esperas dentro de un partido”.

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