DEFINICIÓN

Todo el continente, incluido Uruguay, mira con atención hacia Brasilia, donde este jueves la Corte Suprema de Brasil se expedirá sobre el futuro de la Copa América al analizar los dos recursos presentados para que no se haga en Brasil. El Partido Socialista Brasileño y la Confederación Nacional de Trabajadores Metalúrgicos, por separado, entienden que la realización de la competencia podría generar perjuicios sanitarios en la población y por eso creen que no debe permitirse.

En Conmebol, en tanto, existe mucho optimismo y consideran que la Copa América se va a hacer de cualquier manera en Brasil, más allá de la resolución que tome la Corte Suprema. Pero vayamos por orden para que se entienda cómo es todo el proceso y también por qué el organismo sudamericano está tan confiado.

La entidad organizadora de la Copa América es Conmebol y no Brasil. Esto tiene una gran importancia por varios motivos, pero hablemos de los principales para este caso. Conmebol le pide al país anfitrión que le otorgue las garantías de seguridad y sanidad necesarias para albergar la Copa América, algo que Colombia primero y Argentina luego no pudieron brindar. Sí lo hizo Brasil y por eso se eligió ese país como sede. Desde ese momento es el Comité Organizador Local el que asume la responsabilidad de la realización del certamen.

En la previa al sorteo de los octavos de final de la Copa Sudamericana y la Copa Libertadores, Alejandro Domínguez (presidente de Conmebol) informó que el protocolo sanitario utilizado en las fases previas de ambos torneos tuvo un 99,3% de efectividad, una cifra altísima.

Ya pensando en la Copa América, el gobierno de Brasil se basó en otorgar las garantías exigidas por Conmebol en un informe elaborado por la Comisión Médica Especial de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) titulado: "Evidencias del regreso seguro de las competiciones del fútbol en Brasil organizadas por la CBF".

Este informe, al que tuvo acceso Ovación, "se trata del mayor estudio mundial sobre el fútbol durante la pandemia", según relata la Comisión Médica, ya que se hicieron testeos en 112 municipios de 26 estados más el Distrito Federal.

Se analizaron 4.860 partidos de las múltiples competiciones que tiene la CBF a nivel nacional y estadual y fueron realizados 89.052 análisis, con una tasa de casos positivos del 2.2%.

Incluso se detalla que durante las dos primeras fechas de las competencias hubo una media de 54 casos, pero que en las jornadas siguientes solo se registró una media de 26, lo que significa que una vez que los planteles se sometieron a los protocolos sanitarios de la CBF se bajó en un 52% la tasa de contagios.

El informe también especifica: "No hay evidencia de contaminación cruzada en el campo de juego".

La conclusión del informe es que la tasa de contagio en el fútbol profesional es muy baja e incluso tiene un comportamiento muy disímil al de la sociedad, lo cual demuestra en un gráfico comparativo ?entre lo que es la transmisión comunitaria en el país y la del fútbol.

Junto a este informe se presentará por parte del gobierno de Brasil a la Corte Suprema los antecedentes ya reseñados de la efectividad de los protocolos en los partidos internacionales, que tuvieron entrada y salida de delegaciones extranjeras en el formato de burbuja, el cual ha resultado muy exitoso. Ese será el método a utilizar en la Copa América, ya que las delegaciones estarán ubicadas en hoteles que solo ellas ocuparán y saldrán en un bus para entrenar, jugar o ir al aeropuerto sin tener contacto con el resto de la población.

Esto pretende reafirmar el punto anterior respecto al informe en cuanto a que una cosa es la tasa de contagio en la sociedad y otra muy distinta en régimen de burbuja.

Se entiende por parte de la CBF que todo lo anteriormente ocurrido en los partidos de los torneos locales es una prueba irrefutable de la baja incidencia que tiene el fútbol en los contagios de COVID-19, pero Conmebol también tiene su prueba más reciente y fue lo ocurrido en Uruguay, más precisamente en el departamento de Florida.

Allí, entre el 16 y el 22 de mayo, se disputó la Copa Libertadores de futsal y se aplicó el régimen de burbuja. Llegaron 12 delegaciones al departamento, más staff de árbitros, dirigencial y de la organización. En total se involucraron unas 520 personas y la tasa de contagio fue de 0.3% y eso que esta disciplina futbolística se disputa bajo techo y no al aire libre, como lo será la Copa América.

Si este informe de la Comisión Médica Especial de la CBF no fuera suficiente para convencer a la Corte Suprema de que la Copa América puede realizarse en Brasil sin implicar riesgo para la población, se pasará al campo netamente jurídico en el cual hay algunas "chicanas" que pueden hacerse.

El viernes, día en que se anuncia será publicado el fallo de la Corte Suprema, ya habrá delegaciones instaladas en Brasil para disputar la Copa América. En caso de ser negativo a los intereses del certamen, habrá dos caminos a recorrer:

1. Que el gobierno de Jair Bolsonaro desacate la decisión del órgano judicial, lo que pasaría a ser un tema interno del país y del que nada tendría que ver Conmebol, pues como se explica en el primer punto, Brasil dio las garantías necesarias y si bien no es el organizador, es el responsable de lo que ocurra con el torneo.

2. Recurrir el fallo y presentar un recurso para que se prorrogue, lo que aseguraría que la sentencia final estaría luego de terminada la Copa América.