CHINA 2019
Los jugadores de la selección argentina de básquetbol festejaron a lo grande la victoria sobre Serbia que les dio la clasificación a las semifinales del Mundial.
Fue una jornada histórica. Memorable. Fue una jornada de confirmación de virtudes, de convicción, de respeto a una camiseta. Fue una jornada digna de un momento de locura, de fiesta. Y por lo grande, porque la selección argentina de básquetbolse impuso ante un gran equipo como Serbia y por eso la celebración llegó al camarín.
Ahí, en el vestuario, llegó el descontrol porque se colocaron entre los cuatro mejores del mundo. Con vitamina H, como lo describió con su gesto Facundo Campazzo. Y aunque Luis Scola celebró en modo Tim Duncan, porque lo hizo con serenidad, era imposible contener tantas emociones acumuladas a lo largo del cotejo.
Y Nicolás Laprovíttola fue el que encendió los motores de todos. Que voló una papelera, sí, pero hubo protección para la TV y muchos golpeteos y saltos para hacer el mayor ruido posible.
Claro que el hit que se impuso fue uno muy conocido, daba para cantarlo después del triunfazo. "Despacito, despacito, despacito, les rompimos...".
¡El vestuario es una fiesta! pic.twitter.com/gBAGQjixwk
— CABB (@cabboficial) September 10, 2019
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