Publicidad

Ahora viene Brasil: la perla que le falta al Uruguay de Tabárez

Compartir esta noticia
Tite y Tabárez, en el Centenario el día que Brasil se impuso 4-1
Gerardo Perez

ELIMINATORIAS

En el pasado se supo ganar en La Paz y también terminar con el mito de Barranquilla, mañana toca dar la otra nota.

Oscar Tabárez tiene 100 triunfos con la Celeste. Suma 205 partidos como conductor de la Selección. Y acumula otras estadísticas que convierten a su carrera, por las dificultades que suelen tener los entrenadores de los combinados nacionales, en un acontecimiento único. Casi mitológico, por su duración, si se analiza el pasado de la historia de los entrenadores uruguayos.

A esa escalada de números florecientes, generados por una generación alegre y entusiasta y que ha sabido conquistar el corazón del aficionado le falta una perla.

Y esa perla en el collar de disfrutes deportivos es nada menos que la victoria frente a Brasil.

Es la sombra negra, la disputa más rebelde, la que se ha tornado esquiva hasta en momentos en el que el fútbol desplegado fue superior. Se escapó como un presa que escuchó algo que le hizo dar el salto de salida antes de que su depredador se le viniera encima.

Como aquella noche del 10 de julio de 2007 en el Pachencho Romero de Maracaibo, por la Copa América de Venezuela, cuando el maldito caño se interpuso en el camino del penal del general de la lucha llamado Pablo García e impidió que la Celeste se metiera en la final del certamen.

Godín lamentándose de una oportunidad perdida ante Brasil
Godín lamentándose de una oportunidad perdida ante Brasil. Foto: Archivo El País.

Se nos fue, también, de manera poco creíble, el día que Uruguay fue Brasil en la cancha y Brasil el Uruguay que aguantaba para contragolpear. Y Luis Fabiano nos metió dos golpes al mentón en el Morumbí, São Paulo el 21 de noviembre de 2007, para destruirnos el gol de Sebastián Abreu cuando se abría aquel cotejo en el que supo brillar Ignacio González.

No es una obligación ganarle a Brasil, de hecho los ocho partidos disputados con Tabárez como técnico ante los norteños certifican que alcanzar ese objetivo es algo extraordinario. Seis derrotas y dos empates reflejan algo muy visible: es la piedra en el zapato. Y molesta bastante.

Eso sí, jamás se le comió la moral a los futbolistas uruguayos. Y eso quedó bien claro hasta en el último partido disputado en suelo brasileño y en instancia de Eliminatorias.

Aquella noche del 25 de marzo de 2016, en Itaipava Arena Pernambuco de Recife ni los dos goles alcanzados en la media hora inicial por Douglas Costa y Renato Augusto fueron capaces de aplacar el ímpetu charrúa por tratar de sacar la cabeza de una buena vez frente a Brasil.

El “Matador” Edinson Cavani y el “Pistolero” Luis Suárez pusieron las cosas en su lugar y y hasta dejaron en evidencia, al influjo de un grupo poderoso en Vitamina H, que la victoria estuvo a centímetros de conseguirse.

Pero no fue posible. Se quiso porque se mostró los dientes, hasta se supo asustar.

Pero siempre faltó algo más. Como en la contienda del 26 de junio de 2013 en el Mineirão, Belo Horizonte, por la Copa de las Confederaciones, cuando Diego Forlán no pudo vencer de penal a Julio César y después Paulinho desniveló sobre el final el partido que estaba empatado en un tanto por los goles de Fred y Cavani.

Ahora viene otra instancia más. Una nueva oportunidad, la novena chance en el ciclo de Tabárez, como para darnos un gran gusto. Porque está claro que ni el triunfo ni la derrota definirá nada en este camino a Catar 2022, simplemente se tratará de dar la cara una vez más. Afrontar lo que parece imposible y convertirlo nuevamente en un pequeño logro alcanzado.

Es como sentirse un poco más fuerte. Y, si se quiere, hasta con la sensación de que se tiene una pilcha más representativa del rival temible. Que no es que Uruguay no sea un adversario de riesgo para el resto, pero el hecho de ganarle también a Brasil, la Selección que suele dominar las Eliminatorias, supondrá avanzar un escalón hacia arriba.

Edinson Cavani festejando un gol ante Brasil en la Copa de las Confederaciones
Edinson Cavani festejando un gol ante Brasil en la Copa de las Confederaciones.

Ganar, a no dudarlo, frente al conjunto de Tite, será una carta de presentación que además de colaborar para que se trepe posiciones en el ranking de la FIFA pondrá a Uruguay en un lugar especial.

Como suele decir Tabárez, “se me antoja” que es hora de que esa perla que le falta al collar de las alegrías deportivas que ha entregado este proceso se consiga.

Se cuenta con el instinto para lograrlo y también con el poderío deportivo. Quizás lo que falte es la convicción de que no se puede dejar pasar la oportunidad y de que se está en condiciones, por la calidad individual que se tiene, de terminar con las causas que han provocado una demora demasiado prolongada.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad