OVACIÓN EN BRASIL
El "Matador" uruguayo le regaló su buzo a un pequeño que nació en el país anfitrión de la Copa, pero que tiene costumbres uruguayas. No se saca el regalo ni para dormir.
El día de José Augusto fue particular. Faltó a la escuela, fue junto a su padre Conrado al B Hotel de Brasilia, vio de cerca a varios jugadores que admira de la selección de Uruguay, recibió algunos saludos a lo lejos y tuvo un gran premio al final del día: un buzo de Edinson Cavani.
Conrado De Vargas ya es conocido por la selección en Brasilia. En uno de los entrenamientos previo a jugar con Argentina en el debut se coló al predio del estadio, le gritó a algunos jugadores y recibió saludos lejanos.
Ahora, con el retorno de Uruguay a la ciudad en la que vive hace varios años, decidió volver a acompañar a la Celeste pero esta vez junto a su hijo.
José Augusto es brasileño pero tiene costumbres uruguayas inculcadas por su padre. Comen asado, toman mate y admira a varios jugadores, entre ellos Suárez y Cavani. El jueves consiguió ir a verlos de cerca tras una negociación complicada entre sus padres ya que para hacerlo debía faltar a la escuela. Estuvieron casi todo el día acompañando las actividades.
Tras el retorno del plantel al hotel, Conrado y José los saludaron desde un vallado. Cavani fue el último en bajar. “En el momento en el que fue a salir, mi padre le pidió un buzo para mi. Dio tres pasos para adelante, volvió, me dio el buzo y chocó mi puño”, dijo José, con la prenda puesta y sin lavar, incluso con una mancha de pasto en uno de sus brazos. Conrado, al ver la felicidad de su hijo, lagrimeó. “¿Como no emocionarse? Dobló el buzo y lo entregó en la mano a mi hijo. Yo vi que José estaba feliz y él estando feliz, yo estoy feliz”, dijo.
El regalo de Cavani también fue un problema. José se puso el buzo y no se lo quería sacar más. A la hora de dormir lograron convencerlo que debía quitárselo pero la diferencia fue mínima. “Lo convencí diciéndole que vamos a hacer un cuadro. Se lo sacó pero lo abrazó y durmió abrazado”, cuenta, entre risas.
Ayer, José empezó a dibujar. Sus padres le preguntaron qué hacía y les contó que le estaba haciendo un regalo para Cavani. Anoche padre e hijo llegaron al hotel con el dibujo en el que se ve una cancha de fútbol y a José y a Cavani dibujados. En un momento un miembro de la delegación salió a fumar. Conrado le contó lo que pasaba y le entregó el dibujo para que Cavani recibiera el agradecimiento. El funcionario lo tomó y prometió entregárselo. Ellos volvieron a su casa con la esperanza de que el “Matador” vea el agradecimiento y sepa lo importante que fue. José se fue con el buzo puesto. Conrado seguramente tenga que volver a convencerlo que debe sacárselo para dormir.