SELECCIÓN

La historia le guardará un lugar especial al jugador que anote el primer gol de la Celeste en Brasil 2019.

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Es, como lo señaló Óscar Tabárez en la conferencia que abrió la nueva ruta deportiva de la Celeste, la Copa más linda.

Está ligada de una manera muy fuerte a la historia de Uruguay y, aunque en prestigio internacional es obvio que no supera al trofeo del Mundial, por sus raíces, por los hombres que forjaron leyendas, por ser el rey del continente como su portador máximo la Copa América enamora. Se desea con una gran pasión, porque ha costado sangre, sudor y lágrimas abrazarse a ella.

La suma de todas estas definiciones convierten a Brasil 2019 en una cita apasionante e ineludible para los uruguayos. Hay un mandato histórico que cumplir. Ganar la Copa 16 es tener acceso al coliseo de los gallardos reyes charrúas, es ponerse en un lugar de privilegio en la historia. Porque, entre otras cosas, se disputa en Brasil.

El título en juego se apodera de todo el escenario, aunque hay un gran lugar -también mágico- reservado para un futbolista. Es más, esa posición ni siquiera se verá afectada si Uruguay no termina coronándose dueño del continente, porque el honor de abrir la tabla de goleadores en el grupo ante Ecuador, Japón y Chile le reportará a ese artillero el enorme privilegio de convertir el gol 400 en la historia de los Sudamericanos (desde hace un buen tiempo denominada Copa América).

El caudal goleador de Uruguay desde 1916 a la fecha registra 399 anotaciones, lo que la coloca por detrás de Argentina (455) y de Brasil (405). Pero en este caso no se trata de pelearle un lugar en una tabla histórica a los otros dos gigantes del continente, sino de establecer un número que jamás será devaluado. Marcar el gol 400 de la Celeste en la gran competencia continental de naciones quedará guardado para siempre en los libros de historia del fútbol o en los registros que los especialistas en estadísticas seguirán evocando cada vez que se dispute un nuevo certamen.

Para llegar a esta cifra de tanto peso y valor, fue necesario que Uruguay tuviera antes otros romperredes que arrastraron al combinado nacional hacia la cima o actuaciones increíbles en el marcador. Porque hubo veces que no se vivió el festejo final pero se ganó clásicos rioplatenses inolvidables.

Si hoy se está a las puertas de los 400 festejos es porque, entre otras cosas, Severino Varela metió 15 goles, Héctor Scarone 13, Ángel Romano y Roberto Porta 12 o Pedro Petrone, Javier Ambrois y Héctor Castro 10 cada uno.

Si ya van 399 festejos orientales es porque en Uruguay 1942 y en Ecuador 1947 se convirtieron 21 tantos en cada uno y 17 en el de Chile 1926 (los tres más efectivos).

Si hoy hay un jugador que tendrá la chance de meter el gol 400 es porque José Piendibene abrió la cuenta en 1916, Ángel Romano la llevó a 50 en 1924, Eduardo Ithurbide logró el 100 en 1937, José María García la duplicó (200) en 1949 y Pedro Virgilio Rocha dejó la cuenta en 300 en el Sudamericano de 1967.

No hay país más campeón que Uruguay en América y es innegable que ese es el gran escenario. Estar en la final, pelear por la Copa número 16 es el gran reto. Pero hay un jugador que podrá disfrutar de un premio doble si levanta la Copa el año que metió el gol 400 de la Celeste.