COPA SUDAMERICANA
Los regresos de Ignacio Pallas y Agust+ín Canobbio revitalizaron al equipo de punta a punta, con gran aporte de Ángel Rodríguez en el medio.
La propuesta de Fénix sigue siendo la misma: atacar. Con la continuidad de Juan Ramón Carrasco como técnico albivioleta no podía esperarse otra cosa, porque se le pueden criticar varias cosas a “JR”, pero no que traicione sus principios.
Lo que sí ha cambiado en el equipo de Capurro, al menos por lo visto el miércoles a la noche en el triunfo 1-0 sobre El Nacional por la Copa Sudamericana, es el volumen de juego del equipo. Algo que caracterizó al albivioleta en el segundo semestre de 2019 fue la carencia de claridad ofensiva. Faltaba fluidez en esos movimientos armónicos que suelen hacer los equipos de Carrasco para abrir brechas en el rival y facturar. Allí se encuentra la principal explicación a la mala campaña.
En una medida que resultó poco simpática, el técnico decidió cambiar prácticamente por completo el plantel. Llegaron muchos futbolistas nuevos y, al menos en el primer partido, le dio la razón, porque tuvieron una importante incidencia.
De atrás hacia adelante, por supuesto que debe empezarse por el retorno de Ignacio Pallas a la zaga. Aun sin el brazalete (lo llevó Leonardo Coelho), es el capitán del equipo, el líder en la cancha y el estandarte para cortar el juego rival y sacar los ataques propios. Con voz de mando y ganando en el juego aéreo en ambas áreas, defendió muy bien y atacó mejor, porque un cabezazo suyo fue el gol del triunfo.
En el mediocampo brilló Ángel Rodríguez, quien supo brillar de la mano de “JR” en River Plate. Comenzó como zaguero en el 3-3-1-3 y jugó todo el segundo tiempo como volante central, con mucha efectividad en la recuperación de la pelota en ambos roles.
Brian Olivera fue el enganche y jugó un muy buen partido. Fue de menos a más, porque falló un gol en el primer tiempo, pero en el segundo hizo jugar al equipo.
Adelante debutó Maureen Franco, dueño de una pegada y de un olfato goleador envidiables. Entró poco en juego, pero cuando lo hizo generó cosas interesantes. Pinta que dará muchas alegrías.
Para el segundo tiempo ingresó Agustín Canobbio, quien retornó a la institución que lo formó y 45 minutos le bastaron para ser el mejor y para dejar como primera impresión que debe ser titular. Le cambió el ritmo al equipo, le dio más vértigo en los metros finales y generó varias faltas, provocando amarillas y tiros libres peligrosos. Jugó como carrilero por izquierda, aunque tuvo libertad como para caer por el medio e incursionar en el área.
El renovado Fénix dejó una buena primera impresión.