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La historia de Anabaa

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Du Quesnay. El arte de la cría por excelencia y amor hacia el pura sangre de carreras.

Un crack de pistas y padrillo de renombre con sello Head.

Durante la visita al haras Du Quesnay, su propietaria Criquette Head-Maarek junto a su familia nos presentó sus facilidades, padrilleras, boxes para yeguas madres y productos generación 2017 nacidos en el primer semestre y diferentes áreas de un haras excepcional.

Cuando llegó el turno del padrillo Anodin, Criquette (criadora y entrenadora de fama mundial) hizo alusión a su padre Anabaa, un descendiente de Danzig, y a su propietario, el Sheikh Maktoum Al Maktoum. De potrillo, Anabaa pintaba para ser de buen ejemplar para arriba. En una de las carreras, con dos años de edad, patinó en el codo (pista de césped), rodó y se pensó en lo peor para el caballo.

Luego de consultar a tres veterinarios, Head obtuvo la misma respuesta. “No hay nada que hacer con el caballo”. Pero, tras un breve consulta a su propietario Criquette, que no quería perder a este caballo como a ninguno de los que tiene bajo su mando, embarcó a Anabaa a su haras.

Al momento de llamar al Sheikh para darle la mala noticia sobre el potrillo y decirle que lo iba a tratar de recuperar en su haras, sin costo, el Sheikh procedió a regalarle el caballo a su entrenadora.

Tras pacientes cuidados de Criquette y su gente, el caballo se recuperó.

En ese momento Criquette volvió a llamar al Sheikh, ahora para darle la buena nueva,y la respuesta fue terminante: “Yo le regalé el caballo, Anabaa es suyo”.

El pingo volvió a las pistas, corrió solo carreras de recta y llegó a ganar cuatro clásicos tras la seria lesión que tuvo, demostrando que era un verdadero crack como se pensaba. Anabaa ganó en 1996 el Prix de Saint-Georges y el Prix du Gros Chêne sobre 1000 metros, el July Cup sobre 1200 y el Maurice de Gheest sobre 1300 siendo el mejor sprinter de Europa en ese año, siempre con la monta de Frankie Head. Como padrillo, hasta 2009 envió a las pistas a la crack Goldikova, entre otros.

Hoy, Anodin (hijo de Anabaa) y Born Gold en Blushing Groom es uno de los padrillos de Du Quesnay que tiene cifradas esperanzas en que envíe a la pista a algún ejemplar similar a su abuelo paterno orgullo de Criquette, mal recuerdo de algún profesional y una cabal muestra de la caballerosidad del Sheikh.Pequeña historia de un pura sangre, de tantas que todos los burreros recordamos, esta con un toque francés desde la Normandía.

El eterno femenino de una imaginativa pintora
Du Quesnay. El arte de la cría por excelencia y amor hacia el pura sangre de carreras.

TURFHÉCTOR GARCÍA

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