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El corazón de Maroñas late en cada jornada

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Maroñas por dentro
Leonardo Maine

PASE PROFUNDO

El hipódromo al abrir sus puertas tiene que cumplir, a la fecha, con un estricto protocolo y con el reglamento de carreras que rige la actividad

Quienes acudían normalmente a las carreras de caballos en Maroñas son los pocos que saben lo que se mueve detrás de una simple competencia. Hoy, con pandemia incluida, el público no puede ingresar al hipódromo a disfrutar de las competencias, sea de la categoría más baja o trátese de un clásico de elite, lo que sí, es que ambas se basan en un mismo reglamento que se cumple a rajatabla desde el día uno y hoy, a pesar de que se deben respetar los protocolos sanitarios, nada cambia en la esencia del reglamento de carreras.

Durante la semana se cumple con la anotación de los caballos que van a disputar las carreras y con los compromisos de monta que firman los jinetes. Al momento de la anotación, el sangre pura debe cumplir con todos los formalismos, tales como sanidad al día, tener número de su microchip y que el cuidador que presente al caballo complete todos los datos en el formulario, sea por web o presencial.

Conformados los programas de fin de semana, en estos meses Maroñas está organizando reuniones los días sábados y domingos, cuando los miércoles quedan los horarios y quienes corren, comienza a funcionar la maquinaria del hipódromo.

Para saber de cómo se cumple el reglamento, el presidente del Comisariato, Pablo Máspoli nos dio detalles: “el comisariato es la autoridad máxima de la carrera, está conformado por tres integrantes, tiene suplentes y contamos con un eficiente secretario. Llegamos, junto a Gustavo Aguirre y Bolívar González, una hora y media antes de la largada de la primera carrera hasta el fin de la reunión. Desde aquí hacemos cumplir el reglamento y los procedimientos establecidos, cuando las situaciones salen de lo que dice el reglamento. Ahí decidimos en cada caso en particular. Por el tema de COVID-19 se han cambiado un poco los horarios de llegada de los caballos al hipódromo. Nosotros aquí tenemos cámaras para visualizar todos los puntos del hipódromo. También se han cambiado los horarios de la pesada de los jockeys y el retiro de las monturas de los entrenadores, todo ello lo vemos por monitores para que se cumpla de manera estricta el reglamento, hay veces que un jockey pesa para dos o tres carreras y eso lo estamos viendo desde aquí.

Maroñas, por dentro. Foto: Leonardo Mainé.
Maroñas, por dentro. Foto: Leonardo Mainé.

Por ejemplo, si hay un problema con un caballo en la faz veterinaria, se realiza un retiro por prescripción veterinaria. Quien toma la última palabra y quien lo retira, en definitiva, es el comisariato”.

Y agregó: “Nosotros desde aquí damos el OK para la salida de los caballos al paseo que se hace unos cuantos minutos antes de la largada, eso hoy se realiza para incentivar las apuestas para que no se congestionen las mismas por el Call Center o por intermedio de la web”.

“De lo que te decía antes, la atadura de la lengua de un caballo en la largada, del uso del parafrenero para llevar a un caballo hasta las gateras son resorte nuestro, son decisiones que se toman al día de la reunión. En el caso del parafrenero muchos cuidadores al momento de anotar al caballo hacen el pedido, pero puede pasar que se pida minutos antes de la salida al paseo al ver a su caballo algo nervioso”, contó.

“Desde el comisariato se da la orden de preparase para la largada - bandera a media asta - y la orden de largada. Durante la carrera tratamos los tres comisarios de enfocarnos y ver cosas distintas de la carrera - uno de los comisarios ve la carrera con prismáticos y dos de ellos por monitores -, con prismáticos se pueden ver las carreras desde otro ángulo, en los monitores tenemos distintas cámaras”, dijo.

Maroñas, por dentro. Foto: Leonardo Mainé.
Maroñas, por dentro. Foto: Leonardo Mainé.

Tras finalizar la carrera un jockey puede realizar un reclamo a los comisarios, ahí Máspoli cuenta: “El único que puede entablar un reclamo es el jockey a diferencia de otros países (Argentina) que lo puede hacer el cuidador del participante. Aquí por reglamento, es solo el jockey y lo hace por medio del parafrenero apenas terminada la carrera, nos informa y nosotros nos ponemos a ver la repetición de la carrera de frente, de costado y de atrás y de ahí se toma la decisión final”.

Apenas terminada la carrera, si es necesario se recurre al photo - finish cuando las distancias son muy cortas entre caballo y caballo y luego se informa al encargado del marcador los números a colocar en los distintos puestos. Luego hay que esperar el pesaje del jockey (pesa del 1º al 5º) y si no hay ninguna irregularidad, se da el oficial”.

Ahí nos retrotraemos en el tiempo, antes los comisarios daban el aviso del “se paga”.

Dentro de la irregularidades, una de ellas es tener un problema en la balanza testigo: “Si el jockey pierde más de un kilo con respecto al programa oficial, esto es muy importante, cabe el distanciamiento”.

Maroñas, por dentro. Foto: Leonardo Mainé.
Maroñas, por dentro. Foto: Leonardo Mainé.

El distanciamiento es colocar en el marcador al molestado delante del que ocasionó las molestias.

Hay momentos álgidos de la profesión de comisario, aquí Máspoli señala que “las situaciones más complicadas son con alguna rodada, con un sangre pura que hay que sacrificar, es una situación fea. Después están los reclamos que en muchos casos son bastante difíciles, pero para todos esos casos estamos nosotros, en el comisariato, para resolverlas. Para toda decisión, no importa categoría, ni los caballos, ni los actores, se resuelve todo de la misma manera”.

Mientras que Máspoli daba sus impresiones, durante una jornada de carreras trabajando en conjunto con sus colaboradores, varias dependencias dentro del hipódromo trabajan para que el reglamento se cumpla. Una de ellas es el Servicio Veterinario que chequea a cada uno de los competidores una hora antes del horario marcado de la carrera: “Lo que se hace es una inspección del animal bastante completa. Al ingreso del equino a nuestra sección se hace la lectura del micro chip para la identificación del animal, luego va al pesaje y de ahí va a su correspondiente box en donde un auxiliar veterinario le toma temperatura de manera rectal y se realiza una inspección general, una metabólica y de los miembros anteriores y luego una inspección dinámica chequeando el movimiento general del animal” le relató a Ovación el Dr. Sebastián García.

Los pura sangre luego del chequeo pasan a boxes de espera en donde aguardan por los entrenadores o capataces que se encargan de ensillar a sus pupilos. Las monturas las levantan media hora antes, para ello hay una dependencia que se encarga de ello “en primera instancia viene el jockey, se le arma el equipo según el peso, luego que se arma el equipo, con monturas livianas, o si es necesario con plomo queda la montura pronta aquí y luego pasa el cuidador, firma y la retira. Hay un control de balanza para que coincidan los números y el peso y recién ahí se les entrega. En el caso de usar plomo, se coloca a la inversa y se le aprieta con la cincha, eso nos permite que no se caiga. Conmigo hay dos operarios que arman las monturas mientras que yo hago el control de balanza más el control de montura y mandil” comentó Oscar Motolla, encargado de la sección.

Maroñas, por dentro. Foto: Leonardo Mainé.
Maroñas, por dentro. Foto: Leonardo Mainé.

Tras pasar por la balanza, a pocos metros se preparan las chaquetillas que cada jockey debe lucir en cada carrera que se corra. En Maroñas hay chaquetillas para aquellos que no las tengan confeccionadas y llevan los mismos colores que los mandiles donde lucen los números de cada competidor. En la dependencia perduran chaquetillas del viejo Maroñas, de enseñas que llevan 100 años compitiendo en el Jerárquico. , “Para cada carrera se debe tener todo pronto para cuando se acerque el jockey a buscarla” nos apunta el encargado de la sección, Marcos Mitta y agrega: “aquí tenemos más de 3500 chaquetillas. Para preparar una reunión yo vengo entre semana a trabajar en la mañana, para una reunión que inicia a las 12:40, llegó a las nueve de la mañana y comienzo a armar carrera por carrera. Si me da la mesada (mide casi tres metros) puedo llegar a tener prontas nueve carreras. La mayoría de ellas las conozco, pero igual están todas ubicadas por abecedario. Le entrego las chaquetillas a todos los jockeys, me llevo muy bien con todos ellos” cierra Mitta.

Con Marcos tenemos, cada seis de enero, un desafío de adivinar el nombre del stud de chaquetillas tomadas al azar, en los últimos años (con una gran ayuda extra por parte de sus compañeros) resulté triunfador, ¡en el próximo día de Reyes creo que no tendré mucha chance!

Los jockeys llegan al hipódromo una hora antes del primer compromiso de la jornada, durante la semana y mirando las carreras que debe disputar miran los pesos que deben cargar sus conducidos, varios de ellos deben hacer mucho esfuerzo para llegar al mismo.

El jockey, antes de pesar se dirige al vestuario en donde se coloca la indumentaria de correr, brichies (pantalón especial para correr), medias especiales, botas y en la mayoría de los casos una lycra que queda debajo del chaleco de seguridad. A todo ellos le agregan casco, antiparras y en algunos casos guantes.

Maroñas, por dentro. Foto: Leonardo Mainé.
Maroñas, por dentro. Foto: Leonardo Mainé.

Tal lo explicaba Motolla cada jockey se debe pesar a su llegada para que el entrenador pueda armar, con o sin pesas, la montura de su pupilo.

Cumplidos todos los puntos, el paso de cada uno de los pura sangre por Veterinaria, preparación y colocación de montura, los participantes se dirigen, junto a su peón hacia la redonda de montas en donde se encuentra con el jockey, que lo monta y ambos se dirigen al punto de largada.

Detrás de las gateras, donde permanecen por espacio de 10´ aproximadamente, el personal de gateras se encarga de que las monturas estén colocadas de forma correcta, le dan asistencia a los jockeys hasta que desde el Comisariato llega la orden de largada de la prueba.

Detrás de las gateras se encuentra la ambulancia del hipódromo que lleva un equipo y que cuenta con un veterinario.

Regresando a la palabra del Doctor García: “dentro de la pista tenemos un equipo que pertenece al Servicio Veterinario que está conformado por un Veterinario y un auxiliar, ellos están en la pista para cualquier eventualidad, en los boxes de espera, durante la carrera para atender una emergencia y miran la llegada de los sangre pura al disco para hacer una vigilancia de todos los competidores, el primero y el segundo deben concurrir al anti doping”

Luego de cada carrera, todos los competidores regresan para desensillar en la cancha frente a la redonda de premiación, en las afueras quedan los que no lograron la victoria, el ganador posa para la foto y junto a quien fue su escolta se dirigen al Servicio anti doping a realizar los exámenes pertinentes.

Volvemos con la palabra del Veterinario: “en el anti doping se le realiza nuevamente la identificación a través del micro chip, ahí el animal se acondiciona desde el punto de vista físico, muchas veces se le baña, se le refresca, se le camina para que bajen las pulsaciones y la frecuencia respiratoria para que el animal se tranquilice un poco por el ejercicio y la adrenalina de la carrera. Cuando el animal está más tranquilo, se le ingresa a un box determinado - todos tienen cámaras - para hacer una extracción de material biológico, en el grueso de los casos es orina, si es para Francia (carreras clásicas) o se corrió la última carrera del día se hace una extracción de sangre.

Dentro de la pista, en un accidente se realiza los primeros auxilios al animal, estabilización del animal en pista, si la lesión es para evacuarlo, se estabiliza el miembro, se le carga a un trailer y se lleva al Tattersall del hipódromo a un box que está asignado para el Servicio Veterinario y ahí se hace el tratamiento correspondiente. En los casos más catastróficos, previo a la autorización del Comisariato, se realiza el sacrificio humanitario” finaliza García.

A todos ellos se les suman, la Comisión Hípica conformada por el Doctor Pablo Piacenza y Pablo Nuñez, el Gerente de Hipódromo Horacio Ramos, el Jefe de Carreras, Marcelo Storace, que junto a su equipo trabajan durante toda la reunión en la redonda de montas y premiación, en segunda balanza y apoyo. Quedan sin nombrar otros que son parte del funcionamiento de un Maroñas por dentro, personal de pista, de gateras, el Starter y todo el Departamento de Televisión, equipo de producción, director de cámaras y resto que trabaja en la oficina correspondiente, camarógrafos, locutores, relatores, todos los nombrados y departamentos entrevistados, son los que hacen posible que se disputen las carreras en el hipódromo de Maroñas.

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