La edición 119 del Gran Premio José Pedro Ramírez lo palpitaron grandes y chicos desde temprano en el hipódromo de Maroñas.
Calma y euforia. Una vez, dos veces... veintiún veces. Es que con cada una de las carreras de la jornada hípica más importante del Uruguay se vivieron los mismos sentimientos.
Los momentos de calma que se dieron entre carrera y carrera permitieron a grandes y chicos vivir un espectáculo pensado en el disfrute de toda la famila, donde la gastronomía fue protagonista a través de una propuesta con food trucks que sirvieron platos y bebidas de lo más variadas.
Payasos, zancos, juegos inflables e incluso los Reyes Magos captaron la atención de los más pequeños. También lo hicieron los caballos que cada pocos minutos pasaban de un lado a otro y los dejaban perplejos.
Los adolescentes estuvieron de parabienes en el escenario del Folle Ylla con los shows en vivo de Valeria Gau, Vas y Toco para vos.
Por su parte, los adultos disfrutaron de los shows de Alejandro Balbis, la Orquesta Sinfónica Juvenil y Ruben Rada en el escenario del Palco Oficial.
Un año más, la moda tuvo un papel importante en la jornada. Los hombres fueron los menos arriesgados pero no por eso menos elegantes; lo que más se vieron fueron pantalones y camisas claras, acompañadas en muchos casos con sombreros estilo Panamá.
También muchas mujeres se animaron a lucir capelinas y sombreros, tal y cómo sucede en eventos de este estilo a nivel mundial. Este fue el accesorio preferido de las mujeres, que completaban el outfit con vestidos, faldas o pantalones veraniegos, coloridos y muy elegantes.
El Palco Oficial estuvo lleno desde temprano en la tarde y en él se hicieron presente políticos, dueños de haras y asiduos a Maroñas, que disfrutaron ver las instalaciones colmadas en el clásico del turf que más público convoca.
Más allá de los cuatro grandes premios que se disputaron, ninguna de las carreras pasó inadvertida, ya que el público palpitó con cada largada y recta final, acompañando todo el trayecto con gritos de aliento.
Sin dudas, las emociones más grande se vivieron cuando Gandhi Di Job y Federico Píriz cruzaron el disco. Una vez en la redonda, familiares y amigos rodearon a los ganadores para la clásica foto del festejo y a más de uno se lo vio con lágrimas en los ojos. Luego, ya comenzaría la cuenta regresiva para la edición 120 del Gran Premio Ramírez.
MITÍN DE REYESMARÍA EMILIA TRIAY