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Un arte difícil y riesgoso

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Mirada. La de Everton hacia Héctor Lazo, que permanece en la pista luego de la rodada. Foto: Marcelo Bonjour
Archivo El Pais

Los jockeys despliegan sus habilidades los 365 días del año.

Cuando el Gran Premio "Jockey Club" entraba en su etapa culminante, a falta de 100 metros para la meta Vito Corleone sufrió una grave lesión, dio por tierra a su piloto, Héctor Lazo, y dejó mudas a las tribunas.

La profesión de jockey es sumamente riesgosa, no solo en las tardes durante las carreras. De promedio, cada profesional sube a 20 equinos en las mañanas los 365 días del año.

El guiar a un sangre pura de carrera es solamente para profesionales idóneos y entendidos. Quienes tenemos la tarea de comentar y evaluar una carrera, debemos de poner sobre la mesa lo difícil para un jockey de conducir sin fallas a un "pingo".

El duraznense no se la vio venir a escasos 200 metros para la meta. "Cuando el caballo cabecea por segunda vez es cuando se rompe. En la primera me afirmo, en la segunda voy al piso y me arranca todo".

Mientras esto pasaba en la cancha, en el hipódromo se vivían momentos de zozobra. "Nunca perdí el conocimiento, caí de costado, nunca golpeé con la cabeza, me quedé quieto en el piso esperando que pasara el último caballo. Cuando miré hacia atrás y no había nadie, me incorporé y sentí un dolor en el hombro" comenta el correcto jinete que deberá permanecer en su domicilio a quietud por el espacio de 20 días con un cabestrillo para mantener la clavícula inmóvil.

Tal como acontece en cada carrera, la ambulancia llegó enseguida para atender a Lazo. "Me preguntaron dónde me dolía, me colocaron el collarín, me cortaron la chaquetilla y me quitaron el chaleco. Ahí ya sabían que era un problema de clavícula. Cuando estaba subiendo a la ambulancia oí desde la tribuna los aplausos. A los que me aplaudieron, a mis colegas y a todos los que me llamaron se los agradezco. Es lindo que los amigos y la gente me lo haga saber".

En el Banco de Seguros, en donde estuvo un par de horas, a Lazo le tomaron una placa, donde constataron la fractura de clavícula, le dieron un antibiótico y lo dejaron retirarse a su domicilio.

Durante su recuperación, tendrá en su señora Lilián y sus hijos de compañía y sostén.

"El caballo se ponía para ganar, buscó la carrera con el corazón". Lazo se recupera, Vito Corleone, fue sacrificado. Luego del Jockey Club su gran corazón dejó de latir.

Los colegas vieron la acción de la rodada.

Al momento que Héctor Lazo cayó a la arena, su colega Federico Fabián Píriz venía con su conducido Mileto a unos diez cuerpos. Píriz, que tuvo una rodada muy fea hace siete años en Las Piedras, se dio cuenta de inmediato. "Lo vi rodar, aunque venía lejos, saqué afuera para poder esquivar a Lazo y al caballo". Federico también notó que Vito Corleone dio la alerta. "Desde mi posición vi que el caballo se rompía, pensé que la rodada de Lazo era fea".

Everton Rodrigues fue otro colega que vio la rodada de cerca. "Sseguí mirando a Lazo, vi toda la caída. Cuando pasa eso solo queremos que ningún caballo le pase por arriba y que al jockey no le pase nada". Everton es muy amigo de Lazo y sufrió más de la cuenta. "Vi que Vito Corleone sudaba detrás de las gateras. Lo vi con acción en recta opuesta, hasta me pareció, luego, que había alcanzado".

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Mirada. La de Everton hacia Héctor Lazo, que permanece en la pista luego de la rodada. Foto: Marcelo Bonjour

TURFHÉCTOR GARCÍA

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