El jockey aprendiz Jesús Prestes repasa sus comienzos en las pencas y corriendo en el interior. “Si continuo con esta racha, quizás a fin de año no tenga más el descargo de aprendiz”, dijo.

—¿Cuándo empezó con la idea de ser jockey?

—Desde que era muy chico andaba a caballo y me gustaba. Con el tiempo empecé a disputar pencas y a correr en el interior hasta que el año pasado me salió la oportunidad de asistir a la escuela de jockeys. Curse todo el año y luego, tuve la suerte de quedar seleccionado.

—¿Cómo le fue en la escuela de jockeys?

—En la escuela, me fue muy pero muy bien.

Gracias a Dios nunca tuve problema, todo lo que me pedían que hiciera lo hice.

—¿Cómo se sintió en sus primeras carreras y quienes le han ayudado en la profesión?

—Me sentí muy contento y muy ansioso sobre todo el días que debuté, y la verdad es que tenía un poco de nervios.

Por suerte me ha ayudado mucha gente.

Empecé subiendo caballos en el hipódromo de Las Piedras a los cuidadores Cristián Tejera, Oriol Lancaster y Sebastián Silveira.

Con el tiempo, después le empece a subir a Pascual Larrosa y a Juan Pablo González.

Mucha gente más me ayudo mucho para llegar hoy a donde estoy. La verdad, le agradezco de corazón a todos ellos y a toda mi familia que siempre estuvieron a mi lado durante todo este proceso.

—¿Puede relatarnos cómo fueron los primeros triunfos en Las Piedras y Maroñas?

—La primera victoria se dio en Las Piedras con un pupilo de Juan Pablo González, Bacanazo.

En Maroñas, también con un pupilo de Juan, en este caso, Furia Negra.

En ambas carreras, al cruzar el disco, levante la mano al cielo, como en cada carrera que gano.

Esa mano va en reconocimiento a mi hermano que está en el cielo, cada carrera que gano se le dedico a él.

Después fui para casa y me recibió la familia, estaba muy contento por la victoria pero no hicimos nada especial.

—¿Cómo ve el futuro con los kilos de descargo y cuando se recibas de Jockey profesional?

—La verdad es que no lo pensé, pero si sigo ganando carreras como vengo hasta ahora quizás para fin de año ya me saco todo el descargo. Vamos a ver cómo me va. El tiempo lo dirá.

—¿Cómo se compone la familia?

—Vivo con mis padres, con mi hermano y mi hermana en el pueblo de Casarino, en Canelones.

TURF