El español quiere ser hoy el más ganador de Roland Garros.
Rafael Nadal va por la historia y Stanislas Wawrinka por mantener su condición de aguafiestas. La final de Roland Garros puso este año frente a frente a dos jugadores que llegaron al último partido y representan situaciones distintas.
El español llega con ventaja 15-3 y una sola de esas derrotas sobre polvo de ladrillo (Roma 2015), más la condición de ser el tenista con más partidos ganados en el año con 42, 23 en polvo de ladrillo.
Todo lo contrario el suizo. Apenas ganó Ginebra antes de París y su temporada es tan irregular que está sexto en el total de triunfos en 2017 (26) y octavo sobre polvo (12).
Mientras el de Mallorca va por la gloria de su décimo título, Stan se aferra a la condición de cortar festejos que lo llevó a ser campeón en el Boiose de Boulogne en 2015, cuando la mesa estaba servida para Novak Djokovic.
El que gane la final, además, será el nuevo dos del mundo (en el caso de Wawrinka un lugar al que nunca tuvo) y quien pierda quedará tercero, haciendo bajar al cuarto puesto a Djokovic.
Por otra parte, y para no desentonar con la regularidad de los veteranos, la final entre el español y el suizo pone enfrentados a dos jugadores de más de 30 años en busca de la copa de los Mosqueteros, lo que no sucedía desde que en 1969 Rod Laver (30 años) derrotó a Ken Rosewall (34).
TENISFERNANDO TETES
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