El español procura recuperar su mejor nivel y tendrá una nueva chance: la final de Montecarlo ante Monfils.

Rafael Nadal se siente más cerca de sí mismo que nunca. El español se metió por décima ocasión en la final de Montecarlo, el torneo que abre la gira europea sobre polvo de ladrillo, esa porción del calendario en la que supo ser el mandamás y que justamente iniciaba casi siempre con esta copa en su vitrina para luego irse a Barcelona, al Conde de Godó.

El español remontó su partido de semifinales ante Andy Murray para ganarle 2-6, 6-4 y 6-2 y en caso de ganar en su centésima final de un torneo, llegará a nueve cetros en el Principado.

Nadal también empató con 42 finales de Masters 1.000, la misma cantidad que Roger Federer y dos más que Novak Djokovic, eliminado en primera ronda en Montecarlo.

El mallorquí se puso 8-1 sobre polvo de ladrillo ante el británico y vengó su derrota de la final de Madrid del año pasado, justamente donde Murray logró su primer título sobre esta superficie.

En la ronda de prensa post partido, nuevamente el actual Nadal debió responder por quienes preguntaron por el anterior Nadal.

"No quiero hablar todos los días sobre si soy el de antes o no porque no pienso en eso. Nadal no será el de 2008 o 2009. Cada año es diferente y no quiero compararme a mí mismo o tratar de analizar si estoy otra vez en el mismo nivel que antes", se apresuró a señalar el cinco del mundo. "Quiero ser mejor hoy que ayer y mañana mejor de lo que soy ahora. Eso es lo que me motiva cada día. No pienso en el pasado ni en lo que fui", agregó "Rafa".

El rival del español será Gael Monfils, quien le ganó por 6-1 y 6-3 a Jo-Wilfried Tsonga tras 69 minutos de juego en la otra semifinal entre dos franceses.

Nadal está 11-2 ante Monfils, quien jugará su tercera final de Masters 1.000 luego de las que perdió en Paris Bercy en 2009 y también en 2010.

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