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Federer: la leyenda viva

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Roger Federer venció en Wimbledon y alcanzó su Grand Slam número 19. Foto: EFE

El suizo superó lesiones, levantó varios trofeos y aún tiene mucho para dar.

Pasó menos de un año pero la relatividad del tiempo juega sobre la ansiedad y transforma todo en poco o nada, dependiendo del ojo con que se le mire.

El 26 de julio del año pasado, Roger Federer colgaba en las redes sociales la noticia negra: “Estoy extremadamente decepcionado en anunciar que no estaré disponible para representar a Suiza en los Juegos Olímpicos y también me perderé lo que queda de temporada.”

¿Sería el final? ¿El final de qué? ¿de quién? A sus 34 años, el suizo, leyenda viva del tenis, se quedaba la mitad del año afuera, sin Juegos Olímpicos, sin Masters, sin US Open.

Con 17 Grand Slams en ese momento, el de Basilea sabía, entre otras cosas, que se iría fuera del top 15. Esto no tiene que ver con su ego, sino con la realidad de que debería eliminarse en rondas tempranas con los mejores, abandonando su zona de confort de jugador de elite.

“Mi cuerpo y mi rodilla necesitan descanso”, había dicho entonces Federer, quien culminaba una temporada sin títulos, algo casi inédito.

Es lunes 17 de julio, pasaron 51 semanas desde aquel comunicado en la red, y si el de Basilea era mito hace un año, hoy es un semi dios del tenis. Es el más amado, quien más emociona, el mayor ejemplo, el que más vende, y el que promete jugar un poco más, y volver en 2018 por su noveno Wimbledon.

En agosto cumplirá 36 años, y no para. “Me emociona viajar, entrenar, participar de los grandes torneos”, dice y se prepara para la segunda mitad del año.

Roger Federer es leyenda por lo logrado pero también por cómo lo logró. “Siempre soñé a lo grande”, afirma el suizo, y ha logrado entrar por la puerta grande. Superó los siete títulos en Londres de Pete Sampras, uno de sus ídolos, y sus marcas son demenciales para un tenista que jugó cinco finales en el año (las ganó todas) y que apenas ha perdido dos partidos.

Federer comenzó el año casi entrenando en la Copa Hopman, pero oficialmente su primer torneo fue el Abierto de Australia, siendo 17 del mundo, y camino al título, su 18 de Grand Slam, derrotó a cuatro top 10, incluyendo a Rafa Nadal y a Stan Wawrinka, pero además, reverdeciendo un duelo que parecía extinguido el año pasado.

Novak Djokovic y Andy Murray encendían el circuito masculino, pero renacieron Rafa y Roger para reverdecer viejos clásicos, por si fuera poco, la definición de Melbourne a cinco sets.

Los televisores se encendieron en una rivalidad de casi cuatro años atrás. Los dos con lesiones y tiempo fuera, ahora, a mediados de 2017, pelean el primer puesto de la Carrera de Campeones y se acercan al uno del mundo.

El “año Federer” tuvo su primera derrota en la segunda ronda de Dubai, ante Evgeny Donsky 116 del mundo.

Luego llegó la seguidilla tremenda Indian Wells-Miami, otra vez ganándole a Rafa y a Stan en el desierto californiano (aunque en la Florida otra vez y por tercera consecutiva, se impuso al español).

Para los fanáticos, la noticia fue amarga: el suizo decidió no pisar el polvo de ladrillo. Ni siquiera en París. Se salteó las canchas lentas porque, como le gusta repetir, soñaba a lo grande y decidió ir por Wimbledon.

En otro partido “vintage”, el regreso a Stuttgart y su primer paseo sobre el césped fue con derrota ante el 302, Tommy Haas, con el teutón despidiéndose del circuito. Dudas que despejó una semana después al ganar Halle y Wimbledon, ambos sin perder sets.

El mito dejó atrás la lesión de meniscos que lo tuvo detenido en el tiempo pero no en las canchas de entrenamiento.

Sin embargo hoy Roger Federer está más vivo que nunca y sigue prometiendo volver al año próximo.

Nadie se anima a pensar cuándo será la última temporada, pero por lo pronto, parece que hay magia para un buen rato. Ya con 93 títulos en su haber, es difícil establecer si se detiene acá la cuenta o llega a 100 (o los 104 de la mejor marca histórica). O si alcanzará su vigésimo Grand Slam. Por lo pronto cada vez que ganó, como este año, Australia y Wimbledon, también se impuso en New York.

Todo lo que viene será ganancia pura

Roger Federer ya está tercero y apenas a 1.225 puntos de Andy Murray, quien lidera es escalafón, seguido muy de cerca, a menos de 300 puntos, por Rafael Nadal. Lo fundamental es que el suizo, que todavía no definió si jugará todos los Masters 1000 previos al US Open, es que no defiende ni un punto a partir de ahora y hasta Australia 2018, ya que fue el tiempo que se mantuvo inactivo por la recuperación luego de la operación de rodilla.

Por lo tanto, a partir de este momento todo lo que gane Federer será neto, mientras que el resto debe defender puntos. Por otra parte, con su octava copa en Wimbledon, Federer se aseguró ya, junto a Rafael Nadal, ser el segundo clasificado al Masters, cuando resta aún medio año para que se dispute.

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Roger Federer venció en Wimbledon y alcanzó su Grand Slam número 19. Foto: EFE

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