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Cuevas: "Mi motivación actual es acercar el tenis a jóvenes"

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Cuevas. Festejó otra vez, ahora en dobles. Foto: AFP
KENZO TRIBOUILLARD

El tenista número uno de Uruguay no tiene la necesidad, pero sí el gusto de participar en la edición 2015 del Uruguay Open, torneo al que puede acceder sólo mediante una invitación ya que tiene un ranking mejor del permitido para inscribirse.

También que su prioridad son los Juegos Olímpicos de Rio 2016 por sobre la Copa Davis, de la cual dijo que cada vez es más difícil participar por una cuestión de calendarios. “Nos sentenciaron con la fecha que nos pusieron ante Barbados”, concluyó. Además, dijo: “Haber jugado la final con Federer no me deja nada, pero no por soberbio, sino porque no me gusta perder. Prefiero jugar con otro y ganarla”.

—¿Qué atractivo tiene de especial el Uruguay Open para jugarlo pese a no ser necesario?

—Es el torneo diferente. Por ser de un país chiquito nunca tengo hinchada, excepto en aquel partido que le gané a Andy Roddick en Miami. Prácticamente soy visitante en todos lados. Es especial tener a 3.000 personas alentándome, amigos que están pendientes en cada partido del año, a la familia, todo eso es espectacular.

—¿Se puede disfrutar de todo eso con la presión de tener que ganar en Montevideo?

—Pocas veces lo pude disfrutar. En el tenis estás acostumbrado a hacer la tuya y acá de pronto te encontrás con que tenés que atender a mucha gente en muy poco tiempo sin dejar de estar enfocado en el torneo. Y por otro lado, si no ganás, se termina todo eso lindo con ese público que viene a verte. Es como que tengo que responder afuera de la cancha porque si no soy un mala onda, pero si no gano es un fracaso. Esa combinación es una de las cosas más difíciles del tenis. Este deporte insume mucho tiempo de preparación física y mental y no es compatible con estar dos horas haciendo sociales con todos. Porque son dos minutos con uno, dos minutos con otro y así se te van tres horas sin entrenar. Eso es difícil de hacerlo entender, porque te piden una foto nada más, pero te la piden justo antes de entrar a jugar. Es como pedirle un autógrafo a un abogado en el medio de un juicio porque tu hija estudia abogacía y lo admira.

—¿Y la satisfacción de haber ganado dos veces en casa?

—Es el triunfo que más disfruté porque me ha tocado ganar torneos más importantes, pero estaba con mi entrenador y algún amigo y nada más. Por eso el Uruguay Open es una mezcla de esas dos cosas, pero trato de pasarlo de la mejor manera posible. No deja de ser especial tanto para bien como para soportar las críticas.

—¿Qué recuerda de los triunfos en Montevideo?

—Recuerdo cada partido que jugué acá desde el primero. No necesariamente fue lo mejor cuando gané. Todo tiene algo bueno. La primera vez fue uno de los cuadros más interesantes del Uruguay Open. Estaban Mariano Puerta, Juan Chela, Nicolás Lapentti, Gastón Gaudio... jugadores de mucho nombre y haber ganado ese año estuvo bueno. En 2014 estuvo bárbaro porque fue el mejor año de mi carrera, pero no había tantos nombres en el cuadro. El tema es que acá la gente espera que salgas campeón antes de que empiece el torneo. Y volvemos a eso de que hay que hacer muchas cosas para ser campeón y es más difícil cuando sos favorito. Al Uruguay Open siempre lo disfruté y cuando no lo pude disfrutar, lo usé para seguir aprendiendo.

—¿Qué le parecen los nombres de esta edición?

—A diferencia del 2009, que es del que hablábamos antes, no son esos nombres de jugadores que ya habían ganado mucho y estaban en el final, sino que muchos están entre los 100 mejores y el cuadro es durísimo. La mayoría tiene mucho para mejorar, para seguir creciendo, así que desde la primera ronda jugar ante un 120 del mundo es muy duro. Va a estar interesante. No digo que no corro con la chapa de favorito, pero tengo claro que desde el primer día tengo que estar enfocado para vencer.

—¿Cómo llega al torneo luego de la gira de canchas duras?

—No es fácil, vengo de canchas rápidas y tengo apenas una semana para entrenar. Estando en Uruguay no hay posibilidades de jugar ante muchos tenistas y por eso no se me va a hacer nada fácil avanzar, sobre todo en las primeras rondas.

—¿Es la primera vez en su carrera que va a jugar sólo un challenger en el año?

—Obvio que juego porque es en Uruguay, si no no lo haría. Con el ranking actual, y la forma que tengo de defenderlo, salir campeón en Montevideo no me mueve ni un puesto en el escalafón. La motivación pasa por otro lado. Es agradecer a quienes me apoyaron directamente o desde afuera. Es retribuir eso y creo que puede servir para los más jóvenes. Recuerdo que de chico siempre estaba atento a cuando había un torneo cerca para ir a ver. Mi motivación actual es acercar el tenis a jóvenes. Pasa por eso, no por un tema de puntos o ranking.

—¿Qué balance final hace de este año de puro torneo ATP?

—Arranqué bien arriba y lo terminé un poquito más atrás, pero sin la necesidad de jugar challengers. Fue el año diferente al resto de mi carrera. Por otro lado, haber jugado la final con Federer no me deja nada, pero no por soberbio, sino porque no me gusta perder con nadie. Prefiero jugar la final contra otro tenista y ganarla. Obviamente me gustaría jugar ante él y ganarle la final. Yo disfruto de jugar ante Federer, pero no de perder. Ya está, jugué, disfruté el partido pero perdí. Ahí se termina el placer de jugar con Federer. Prefiero haber salido campeón de San Pablo. También se dio algo que en mi cabeza era raro, que es enfrentar a él o a Rafa Nadal porque pasó mucho tiempo antes de tener estas chances. Los quiero enfrentar de nuevo, pero para ganarles.

—Y además sobre polvo de ladrillo fueron esos partidos.

—Sí claro, donde considero que tengo más posibilidades de ganarles. Si en cambio es contra Federer en césped, no me queda otra que disfrutar del partido, porque no creo estar errado si pienso que no tengo prácticamente ninguna chance.

—¿Y hubo más partidos buenos?

—Hubo alguno lindo de ganar, pero sobre todo porque pude tener un ranking de principio a fin y de esa forma tener claro el calendario, porque estando más cerca del 70 del mundo que nunca sabés si entrás a un torneo u otro. Incluso los Masters 1000 cierran hasta 41. Ahora puedo planificar con mucho tiempo.

—¿Qué significa ganarle a un top 5 o a dos top 20 consecutivos por primera vez?

—Quiere decir que estamos haciendo algo bueno porque fue en una superficie que no domino tanto. No tuve buenos resultados luego del US Open, pero aprendí mucho. Descansé y salí con energías para plasmar en la cancha todo eso que me dio los buenos resultados. No es fácil mantener ese nivel en esas canchas. Esos triunfos siempre dan confianza y ayudan a entender cosas que no siempre se pueden aplicar a la semana siguiente. Este año fui a aprender al césped y el año que viene me va a servir.

—¿Cómo vivió todo el tema Copa Davis ante Barbados?

—Fue complicado e inentendible la postura de la ITF que quiere que los mejores tenistas participen de la Davis, pero te pone una fecha que es obligatoria de ATP, en la que si no vas te ponen multa y cero punto. No se pudo cambiar pese a que reconocieron el error. Nos sentenciaron con esa fecha porque de todos los países que estábamos en el grupo, el único que no tenían problema con sus jugadores era Barbados. Colombia, Brasil y Uruguay teníamos tenistas comprometidos esa fecha. Es una lástima. Hace años me tocó ascender, y sé lo que es ese grupo. Soy quien menos quiere que descendamos para pelearla desde ahí. No ayuda a nadie el Grupo II.

—¿Tiene ganas de jugar la Davis en 2016?

—Tengo ganas, pero cada vez se complica más la fecha porque está peor puesta la Davis en el calendario. En 2016 también están los Juegos Olímpicos y yo quiero estar ahí, por eso no sé si aunque quiera pueda jugar en todas las fechas de la Davis. Me encanta participar, pero cuando no estoy en el equipo no es que no me interese. Desde el primer día hasta el último de cada año yo represento a Uruguay. Ahí está la bandera, aunque no sea la Davis.

EL DATO

El más ganador.

Pablo Cuevas es quien ha tenido las mejores actuaciones de los uruguayos en esta década y media de historia en el challenger de Montevideo.

El actual mejor tenista del país fue campeón de individuales en 2009 y 2014 y finalista en 2010, pero además, campeón y finalista en dobles, primero junto a Luis Horna y en los dos últimos años junto a su hermano Martín. Juntos también habían sido finalistas.

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Cuevas. Festejó otra vez, ahora en dobles. Foto: AFP

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