Ha sido un día increíble. Nunca olvidará este partido", dijo Roger Federer luego de ganarle 6-4, 6-7 (2) y 6-4, ayer a Milos Raonic en la final del torneo de Brisbane y alcanzar su triunfo 1.000 como profesional.

"He jugado muchísimos partidos para llegar a esta cifra. Muchas gracias por su cariño", agregó mientras permanecía aún en la misma cancha donde Rod Laver, otro de sus ídolos y otro gigante de la historia del tenis mundial, le entregaba una plaqueta.

Fueron dos horas y 13 minutos de juego para que el enorme dos del mundo derrotara al canadiense con su misma arma: le conectó 21 aces contra 14 del montenegrino nacionalizado norteamericano.

"Mis hijas no saben contar hasta 1.000 en ningún idioma y hasta yo me canso si cuento hasta 1.000 y abandono antes. Lleva un buen rato llegar hasta esa cifra", agregó más tarde, en la intimidad pública de la ronda de prensa. "Nunca pensé nada llegando a 500 o 800 triunfos. Todos esos números no significaban nada, pero 1.000 significa mucho. Es un número muy diferente y enorme.", dijo el de Basilea.

Muchas cifras ha roto Roger en su carrera, pero luego de vengar su derrota ante Lleyton Hewitt en la final de Brisbane del año pasado, el suizo llegó además a 83 títulos, y está tercero en la marca general, a 11 de Ivan Lendl, pero es el primer jugador en la historia del tenis mundial en asegurarse al menos un título durante 15 años consecutivos.

Cuando le preguntaron si llegaría a los 1.253 de Jimmy Connors, quien más ha ganado en la Era Profesional del tenis, que se inició en 1968, el suizo apenas dijo: "En este momento dudo que vaya a suceder pero nunca se sabe".

Detrás de Connors está Lendl con 1.071, tal vez más al alcance, pero para ello Federer debe plantearse seguir un poco más en el circuito. "No tengo ni idea de cuánto tiempo voy a seguir jugando. Mi objetivo es permanecer el mayor tiempo posible y para eso necesito estar con hambre y motivado", añadió.

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