Novak Djokovic y Andy Murray, número uno y dos del mundo, se enfrentan en la gran final de Madrid.

Mejor final imposible para el Masters 1.000 de Madrid: el uno y el dos del mundo definirán el cetro en la Caja Mágica.

En la primera de las semifinales Andy Murray le dio a Rafael Nadal la misma receta que en 2015, ya que lo dejó sin título en este mismo torneo. En ese momento el británico no sólo ganaba su primera copa en polvo de ladrillo, sino que además le ganaba por primera vez a Rafa en esta superficie.

Murray le ganó 7-5 y 6-4 y cortó la racha de 13 partidos ganados consecutivamente por el español, quien había comenzado la gira europea pre Roland Garros con las copas de Monte Carlo y Barcelona, reeditando viejas hazañas, de no hace tanto tiempo.

En la otra semifinal, Novak Djokovic, reeditó su victoria anterior, la de Miami, sobre Kei Nioshikori. El uno del mundo se metió en su final 90 como profesional al derrotar 6-3 y 7-6 al japonés y con esa suma igualó a Andre Agassi, con la diferencia de que el de Belgrado tiene para un rato más en cancha que el ya retirado niño malo de Las Vegas.

Este torneo madrileño tiene connotaciones fuertes para los finalistas. Mientras Murray lograba todo lo anterior hace apenas 52 semanas, hace ya cinco años obtenía por primera y única vez este trofeo, en una temporada soñada.

Este año ya tiene cuatro títulos en su haber Nole, destacándose su paso triunfador por el Abierto de Australia, Indian Wells y Miami, aunque ahora su enorme desafío es seguir camino al sueño postergado de ganar el Abierto de Francia, para el que le resta un encuentro en Madrid, más todo el Abierto de Roma, antes de intentar volver a una final que lo vio irse con las manos vacías en 2015, cuando Stan Wawrinka lo dejó sin nada acaso en el momento en que el plato estaba servido como nunca.

En antecedentes, el uno está 22-9 sobre el dos del mundo, que no le gana desde la final de Canadá 2015.

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