Los trabajos regenerativos para recuperar a los futbolistas del gran desgaste realizado en los cuartos de final ante Portugal se hicieron en la piscina.
Después de unos exigentes 120 minutos de fútbol, más la enorme carga emocional que significó tener que clasificar mediante unos electrizantes penales, a la selección juvenil uruguaya le llegó la hora de la recarga energética.
El plan elegido para iniciar los trabajos regenerativos incluyó la hidroterapia y para eso se utilizó el Yongun International Swimming Pool.
Bajo la atenta supervisión del preparador físico Sebastián Urrutia el plantel de jugadores que participó en el cotejo ante los portugueses, más Facundo Waller, llevó adelante las tareas de recuperación.
De esta manera, Uruguay ya comenzó a pensar en Venezuela, rival de este jueves a las cinco de la mañana y último escollo para llegar a la final de la Copa del Mundo.
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