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Es un lugar histórico para la Celeste que los brasileños muestran, aunque sin contar mucho de 1950.

No hay dudas que el Maracaná es uno de los estadios más importantes en la historia del fútbol mundial o al menos de América. En los 69 años de existencia ha albergado grandes competencias, shows y también partidos históricos, entre ellos uno de los más importantes en la historia del fútbol uruguayo: el Maracanazo.

Casi 200.000 personas, según los datos que están presentes en el museo del estadio, estuvieron en las tribunas aquel día en que Uruguay logró lo que parecía imposible, venció a Brasil y se hizo de una copa que parecía destinada a quedarse en manos de los locales.

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Hoy algunas cosas han cambiado, entre ellas la capacidad. Debido a normas de seguridad, el estadio tiene capacidad para casi 80.000 personas sentadas. Además, tras un período de abandono de la empresa que lo administraba tras los Juegos Olímpicos y que lo dejó en malas condiciones, la infraestructura está prolija. Bien señalizado, con buenos accesos, tribunas en condiciones y un museo que invita a recorrer la historia del fútbol brasileño.

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Pero en este museo, a pesar de la apuesta por reforzar la memoria, hay algunas cosas que se dejan de lado o se olvidan, seguramente a propósito. Una de las primeras paradas es sobre el Mundial de 1950 y el guía que el museo dispone para turistas hace una referencia leve. El énfasis lo pone en la cantidad de público, récord del estadio, más que en el resultado histórico para la celeste.

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Este lunes, ante Chile, Uruguay vuelve a un estadio en el que dejó una huella. En las tribunas se espera que los chilenos sean locales, pero la historia hace que la Celeste, dentro del campo de Maracaná, no tenga nada que temer.