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Lo que dejó el 0-0 del debut mundialista de Uruguay ante Francia hace 10 años

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Uruguay Francia 2010

SUDÁFRICA 10 AÑOS

La crónica de Ovación, escrita por el enviado Jorge Savia, resaltó que lo mejor fue el punto obtenido, ya que la Celeste terminó acorralada tras la expulsión de Lodeiro.

Ni fu, ni fa. Ni bien, ni mal. Igual que la ambigua sensación del final, donde se contrapusieron dos imágenes.

Por un lado la de tres o cuatro jugadores uruguayos abrazándose o chocando sus palmas en plena cancha, que fue el reflejo del exitoso esfuerzo defensivo realizado por Uruguay en los últimos 13’ —con descuentos incluidos— cuando, después de la expulsión de Lodeiro a los 80’, Francia lo sintió y se le fue a las barbas, y quizá no encontró el camino del gol porque en su búsqueda exageró con los centros y los envíos frontales que el fondo rival repelió con concentración y sin fallas; y por otro la que mostró a Uruguay acorralado, Forlán sacando pelotas cerca de su retaguardia y Arévalo Ríos pegándole para las chapas, porque la igualdad amenazaba con esfumarse en cualquier jugada.

Maximiliano Pereira y Frank Ribery
Maximiliano Pereira y Franck Ribery.

Ni fu, ni fa, entonces. Ese es el saldo que quedó de la vuelta de “la Celeste” a un Mundial después de 8 años. Ni bien, ni mal. Porque, además, con el empate entre Sudáfrica y México, la serie está abierta; y ni los locales ni los aztecas, que son los próximos rivales de Uruguay, tampoco demostraron demasiado.

Hay que mejorar, claro; pero el 0 a 0 de ayer, no fue un mal resultado. La esperanza está intacta, aunque la expulsión —y, por tanto, suspensión de Lodeiro— limita las posibilidades del entrenador celeste de darle mayor volumen de juego al ataque.

De entrada nomás se vio que era como pronosticó Tabárez el día anterior, cuando advirtió que “por ahí jugamos con línea de tres, pero terminamos defendiendo con 6 o 7”.

Esto es, Francia jugó sólo con Anelka de punta, no con tres atacantes, y aunque Ribéry arrancó por la izquierda de atrás, como Ovación lo había anticipado tras ver a los franceses contra Túnez, como la ofensiva de los vicecampeones mundiales se descargó siempre por ese lado, y al “Mono” Pereira se le hizo difícil neutralizar las maniobras personales y también los cambios de frente para los desdoblamientos de Govou por el lado opuesto de la cancha que hizo el hábil y potente jugador del Bayern Munich, los celestes no tuvieron más remedio que jugar con línea de 5 zagueros, con los dos Pereira metidos a los flancos de Victorino, Lugano y Godín, con lo que no sólo no pudieron proyectarse, sino que también dejaron muy solos al “Ruso” Pérez y Arévalo Ríos.

Egidio Arévalo Ríos
Victorino llega al balón antes que Egidio Arévalo Ríos, Ribery y Henry. Foto: Gerardo Pérez

De esa forma, entonces, durante la mayor parte del primer tiempo el dominio del balón y de la cancha corrió por cuenta de Francia, mientras primero Forlán y luego el “Nacho” González les hacían señas a sus compañeros que salieran un poco más hacia adelante; obviamente, para sentirse más acompañados.

A partir de los 20’ creció Arévalo Ríos y como el “Ruso” fue una máquina de quitar y cortar pases rivales, Uruguay pudo sacar algunos contraataques, en uno de los cuales Forlán se hizo el espacio para rematar con peligro desde afuera del área.

Francia, por su parte, tampoco fue mucho más penetrante, por su imprecisión en la llegada, porque Anelka fue rodeado por el fondo uruguayo, y porque Ribéry tuvo que retrasarse para armar la ofensiva y, al alejarse del área contraria, le sacó la soga del cuello al cuadro dirigido por el maestroTabárez.

Diego Lugano
Diego Lugano cara a cara con Toulalan. Le costó la amarilla. Foto: Gerardo Pérez

En el complemento, incluso, esa percepción se reforzó en los 15’ iniciales, porque Uruguay salió con el claro propósito de sacarse de arriba a Francia y, adelantando a los dos Pereira, quedó con tres en la zaga, más gente en el medio y ya repartió la posesión de la pelota con el adversario.

De acuerdo a eso, Tabárez echó mano a los cambios para darle al equipo lo que le estaba faltando; pero Lodeiro “no engranó”, después los nervios lo traicionaron, y el panorama tuvo un giro de 180 grados.

Nicolás Lodeiro es expulsado por Yuichi Nishimura. Foto: Gerardo Pérez
Nicolás Lodeiro es expulsado por Yuichi Nishimura. Foto: Gerardo Pérez

O sea, al tener un hombre de ventaja, Francia hizo correr la pelota, pero abusó de los centros y rebotó con lo que a esa altura fue la muralla.
Al final, un resumen de sensaciones encontradas. Ni fu ni fa. Ni mal ni bien. Lo mejor de todo fue el resultado.

Crónica escrita por Jorge Savia, enviado de Ovación, publicada el 12 de junio.

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