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La crónica que no pudo acallar el coronavirus

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Uruguay vs. Chile, Copa América Brasil 2019
Gerardo Perez

ELIMINATORIAS

La pandemia impidió que se jugara el partido Uruguay-Chile que sería el punto de partida rumbo a Catar 2022, pero no las ganas de vivirlo.

Sonó el despertador y nos levantamos con ganas, impulsados por esa fuerza acumulada durante la noche que genera la mezcla de ansiedad con ilusión. No era un día más. ¡Jugaba Uruguay! Y tampoco era un partido cualquiera; comenzaban las Eliminatorias para Catar 2022.

Luego del quinto puesto en Rusia 2018, donde la Celeste se posicionó como la mejor selección de Sudamérica, empezaba el camino con el sueño de repetir (y por qué no mejorar) lo hecho en la clasificatoria para la última Copa del Mundo. Entonces el maestro Óscar Tabárez condujo por tercer Mundial consecutivo al conjunto capitaneado por Diego Godín. Y lo hizo con una solvencia como hacía tiempo no se tenía, porque Uruguay culminó segundo las Eliminatorias, solo superado por un Brasil que fue letal desde la llegada de Tite.

El rival tampoco era cualquiera. Chile estaría esperando a las 21.45 sobre el césped de un Estadio Centenario que iba a recuperar sus mejores galas, porque iba a estar tapizado de color celeste luego que los hinchas agotaron las entradas en forma anticipada.

No estaría Luis Suárez, quien se recupera en Barcelona de una lesión. Tampoco su sustituto natural, Maximiliano Gómez, quien también se repone de una lesión en Valencia. Lucas Torreira iba a ser otro de los ausentes, en su caso en la mitad del terreno, al haber sufrido una fractura de tobillo en Arsenal. Pero nada importaba. Era el día (y la noche) del hincha Celeste, que quería renovar la comunión con su selección. Por eso muchos llegarían temprano, porque quién se ponga la camiseta es lo de menos. La cuestión era apoyar esa camiseta, que sigue renovando ilusiones con las apariciones de Brian Rodríguez, Brian Lozano, Darwin Núñez, Mauro Arambarri, Federico Viña y los jóvenes veteranos Federico Valverde y Rodrigo Bentancur.

El pueblo futbolero uruguayo comenzaría a llegar temprano al templo, muchos acuñando la esperanza de repetir ante Chile aquel 4-0 del 11 de noviembre de 2011, con cuatro tantos de Suárez, aunque sin perder de vista que lo más importante era ganar, porque en las Eliminatorias es vital sacar todos los puntos de local para luego robar alguno de visitante y asegurarse así uno de los cuatro lugares directos para Catar 2022 y ni que hablar del quinto, ese que otorga derecho al repechaje, ese que fue patrimonio uruguayo por tanto tiempo. ¿Por qué renegar de ese quinto puesto si nos terminó conduciendo al cuarto lugar en Sudáfrica 2010?

Razones para creer que se podía ganar habían de sobra. El último enfrentamiento, el 25 de junio de 2019, Uruguay venció 1-0 a Chile en Brasil por la Copa América con gol de Edinson Cavani. Sí, del “Matador”, ese que todos queríamos que hiciera el gol del triunfo luego de lo que le había tocado vivir en suelo trasandino en la Copa América 2015, cuando fue víctima de aquel vil dedazo por parte de Jara.

Sin embargo, mucho más sustentable se hacía la ilusión teniendo en cuenta que Uruguay no había perdido ninguno de los ocho partidos anteriores por Eliminatorias ante Chile en el Centenario: siete triunfos y un empate.

Empezó la Eliminatoria y con ella se renovó un nuevo sueño mundialista. ¿El resultado? Lo de menos. Lo importante es que Uruguay empezó a transitar el camino hacia el destino más deseado por el turista futbolero. Catar queda lejos en tiempo y distancia, pero desde anoche un poquito menos.

*El partido Uruguay-Chile no se jugó por la pandemia de coronavirus, pero sí se escribió la crónica. Es una manera de decirle al COVID-19 que esta batalla que perdió es solo una de una guerra que inexorablemente perderá.

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