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Zidane y las últimas maravillas del talento francés

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Zinedine Zidane en el Mundial de Alemania 2006. Foto: Archivo El País

RECUERDOS MUNDIALISTAS

En el Mundial de Alemania 2006 dejó sus últimas demostraciones. 

Brasil llegaba al Mundial de Alemania 2006 con un equipo tan bueno o mejor que el que logró el título en Corea-Japón 2002. El trío Ronaldo-Ronaldinho-Kaká estaba en la cumbre de su talento. Y los primeros partidos de aquel torneo lo ratificaron: 1-0 a Croacia, 2-0 a Australia y 4-1 a Japón en el grupo, 3-0 a Ghana en los octavos de final.

Mientras tanto, Francia había avanzado a los tropezones: 0-0 con Suiza, 1-1 con Corea del Sur, 2-0 a Togo. Recién en los octavos de final, el 3-1 sobre España mostró que Les Bleus estaban vivos.

Tras conquistar el Mundial como anfitriones en 1998, los franceses se habían precipitado a tierra en el Mundial 2002, de manera peor a la de Alemania en 2018: apenas lograron un empate (ante Uruguay), perdieron los otros dos partidos y ni siquiera marcaron un gol. Pese a ese antecedente, varias de las glorias de 1998 estuvieron de nuevo en la Copa del 2006, empezando por Zinedine Zidane.

El crack anticipó que tras el Mundial se retiraría del fútbol, de manera que estaba consumiendo sus últimos minutos como futbolista. Como se presentaban las cosas con su equipo, todo el mundo se preguntaba antes de cada partido si ese resultaría el último del ídolo francés.

Ni siquiera él fue suficiente para que Francia pudiera vencer en sus dos primeros encuentros, ante Suiza y Corea. Y para colmo, por acumulación de amarillas, el mediocampista quedó afuera del decisivo partido ante Togo, que debía ganar, además de necesitar que Corea no derrotara a Suiza.

Togo era de los peores equipos de aquel Mundial, pero resistió casi una hora los ataques franceses. Finalmente llegaron los goles de Vieira y Henry, junto a las noticias del triunfo de Suiza.

Después los franceses empezaron perdiendo ante España, pero lo dieron vuelta con goles de Ribéry, Vieira y Zidane. Y se cruzaron con Brasil en Francfort el 1° de julio.

El recuerdo fresco, para unos y otros, era la final de 1998, cuando Zidane demolió a Brasil con dos goles y Ronaldo salió al campo tras una grave descompensación la noche previa. La intención de tomarse revancha estaba en todos los brasileños.

Para resumirlo en una frase, aquel duelo de 2006 cambió el curso del Mundial. Brasil se fue a casa, eliminado, y Francia se convirtió en el nuevo favorito. Y todo por obra nuevamente de Zidane, que condujo a su selección a un gran partido.

Hubo un instante preciso en que se anunció lo que ocurriría. Luego de un comienzo brasileño a todo ritmo, a eso de los 15 minutos Zizou pidió la pelota y se sacó de encima a dos rivales con un simple gesto técnico y habilitó de inmediato a un compañero más avanzado. Para los franceses, fue la invitación a tomar el control del partido.

Desde el centro de la cancha, Zidane dio un recital de gambetas y toques sutiles (incluso le hizo un sombrero al mismísimo Ronaldo), siempre culminados con un pase certero. Su marcador, Gilberto, nunca pudo encontrarlo.

Y también dio el pase del único gol. A los diez minutos del segundo tiempo, Francia tuvo un tiro libre sobre el lado izquierdo de su ataque. Zidane lo ejecutó al segundo palo, por donde entraba Henry, cuyo remate de primera fue inatajable para Dida.

Francia llegó a la final de aquella Copa del Mundo ganándole a Portugal con un gol de penal de Zidane. Y arrancó la final con ventaja sobre Italia, gracias a otro penal, que Zizou se atrevió a u201cpicaru201d ante Buffon. Pero la carrera del crack terminaría de un instante para otro, de la manera más absurda, con el cabezazo sobre Materazzi que le significó la expulsión.

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