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Bajo el signo del goleador

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Foto: Archivo El País

SELECCIÓN

En 1966 y 1972 Uruguay enfrentó a Eusebio; en 2018 será a Cristiano.

Los mejores momentos del fútbol portugués están ligados a dos nombres de pila: Eusebio y Cristiano. A Uruguay le tocó enfrentarse dos veces con la selección de Portugal y en las dos estuvo “la Pantera de Mozambique”; cuando llegue la tercera, este sábado, estará CR7.

El historial de uruguayos y lusitanos se reduce a dos encuentros: un amistoso en Lisboa 1966 y otro por la Minicopa de Brasil 1972.

En 1966 ambos equipos se preparaban para el Mundial de Inglaterra. Uruguay hizo una gira previa, que tocó Tel Aviv (2-1 a Israel), Bucarest (0-1 con Rumania), La Coruña (1-1 ante España). El 26 de junio fue el turno de visitar a Portugal.

El partido se jugó en el estadio Nacional de Lisboa, un curioso recinto con solo tres tribunas: donde debería estar la que sería la Olímpica, hay un espacio arbolado.

El técnico celeste Ondino Viera decidió alinear esa tarde a casi todos los suplentes, para dar descanso a los titulares y cumplir una última prueba con el resto del plantel. De esa forma jugaron Walter Taibo, Carlos Martínez, Jorge Manicera, Luis Ubiña, Emilio Álvarez, Juan Martín Mujica, Milton Viera (después Luis Ramos), Eliseo Álvarez, José Sasía, Víctor Espárrago y José Urruzmendi. Manicera, Ubiña y Viera estuvieron en el debut mundialista ante Inglaterra el 11 de julio.

Portugal salió con Carvalho, Morais, Batista, Hilario, Vicente, Gracca, José Augusto, Eusebio, Torres, Coluna y Simoes. Y los dueños de casa ganaron 3 a 0, con tres goles de cabeza de Torres, en demostración de total superioridad.

Al terminar el encuentro, Viera se reunió con los futbolistas en el vestuario y les dijo, según el enviado de El País, Marcelino Pérez: “Quiero que sepan que asumo todas las responsabilidades. Ni yo ni nadie hubiera podido exigirles más”.

En su mejor campaña mundialista hasta ahora, aquel Portugal alcanzaría el cuarto puesto en Londres y Eusebio -un moreno de gran poder físico, fuerte remate y notable cabezazo- sería el goleador del torneo.

Seis años más tarde, Brasil organizó su Minicopa con equipos de todo el mundo. Y a Uruguay le tocó compartir el grupo con Argentina, Portugal y la Unión Soviética. La campaña de aquel equipo, dirigido por Washington Etchamendi, resultó muy pobre, pues solo obtuvo un punto; abrió su participación perdiendo con los soviéticos y la cerró perdiendo con los argentinos. El empate fue precisamente ante Portugal, considerado el mejor equipo de aquel certamen, aunque cayó en la final ante Brasil en la hora.

Se jugó en el estadio Maracaná, el 2 de julio de 1972. Los celestes fueron con Alberto Carrasco, Baudilio Jauregui, Juan Masnik, Luis Ubiña, Julio Montero Castillo, Ricardo Pavoni, Pierino Lattuada, Víctor Espárrago, Luis Villalba, Ildo Maneiro (Alberto Cardaccio), Fernando Morena (Romeo Corbo). Portugal lo hizo con Henrique, Arthur, Humberto, Messias, Adolfo, Gracca, Toni, Pérez, Jordao, Eusebio y Diniz.

Los celestes se pusieron en ventaja a los 21 minutos con un gol de Pavoni de cabeza. Fue un centro del propio marcador de punta que cabeceó Morena, rechazó el golero y Pavoni tomó el rebote para convertir, también de cabeza. Empató Gracca sobre la hora del primer tiempo. En el minuto 87, Corbo se perdió un gol que pudo ser el de la victoria: eludió a dos rivales y al arquero, pero este se rehizo y tapó su remate.

Aquella noche, Uruguay marcó sin concesiones. Los portugueses se quejaron después de su “violencia”. “Fue una suerte salir con vida”, aseguró Eusebio, quien como en 1966, no pudo convertir ante los celestes.

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