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La puerta del medio está abierta

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Lucas Torreira ante Arabia Saudita. Foto: Nicolás Pereyra.

SELECCIÓN

Uruguay todavía no encontró el mejor juego en la franja central, quizás Torreira aporte la solución.

Uruguay partió hacia Rusia bañado de aplausos. El triunfo de despedida ante Uzbekistán había servido para que el público le brindara al plantel el cariño, reforzado horas más tarde en el aeropuerto de Carrasco. El periodismo, en tanto, celebró el cambio de fisonomía en el mediocampo esbozado en la última parte de las Eliminatorias y ratificado en la China Cup, la que se ganó.

La confianza con la cual La Celeste viajó, entonces, hacia Rusia estaba por las nubes, tanto por parte del grupo seleccionado como de la gente. Sin embargo, en las dos primeras presentaciones Uruguay dejó más dudas que certezas.

¿Qué pasó? Algo bien evidente: el funcionamiento estuvo lejos de ser el adecuado. Lo visto fue tan notorio, tan marcado, que el propio conductor Óscar Tabárez admitió que no le gustó nada de lo que hizo el equipo durante el primer tiempo ante Arabia Saudita. Y eso que en esos primeros 45 anotó el gol de la victoria.

Por encima de las virtudes que pudo exhibir el adversario, que siempre existen porque un equipo no juega solo en la cancha, cabe preguntarse: ¿dónde estuvo la falla de Uruguay?

Hasta ahora el problema se ha visto justamente en el mediocampo, el sector por el que tanto se celebró la transformación. Y aquí hay un punto de inflexión: el bajo momento de Matías Vecino.

El volante de Inter de Milán venía siendo de los futbolistas más regulares de la selección. Sobrio, seguro, efectivo en marca, marcando los tiempos del equipo, se hundía entre los defensores para salir jugando con pelota dominada. Levantaba la cabeza y ya generaba preocupación en los rivales por la elegancia con la que se trasladaba.

La llegada de Rodrigo Bentancur como ladero le dio incluso más libertad, porque encontró a su símil de perfil zurdo. Sin embargo, en forma casi inexplicable este Vecino ha sido otro en la Copa del Mundo. Con situaciones de juego en los era imposible verlo fracasar.

Por ejemplo, a pesar de su buena efectividad en las entregas, pierde más pelotas de las habituales y sobre todo falla en los balones en los que se juega, esos que intentan ser pases filtrados para lanzar a un compañero. Y si un equipo que juega 4-4-2 necesita que sus volantes internos abran el juego para atacar por afuera y uno de ellos falla en las entregas, se hace difícil generar peligro.

¿Torreira? El ingreso de Lucas Torreira para jugar los últimos minutos ante Egipto y para disputar ya los 32u2019 finales frente a Arabia Saudita, en ambos casos reemplazando a Vecino, marca algo.

Es altamente probable que el volante de la Sampdoria -pretendido por Arsenal de Inglaterra- sea titular ante Rusia el lunes, aunque no solo por una cuestión de rendimientos de quien fue titular, sino porque seguramente habrá rotación.

Torreira tiene tan buena efectividad en los pases como Vecino, aunque quizá no es tan profundo en sus entregas. Sin embargo, compensa en que tiene mayor prodigación en marca, es más eficaz en los mano a mano y tiene buena pegada. De hecho, ha convertido goles de tiro libre en su club.

Seguramente, el cotejo ante los dueños de casa será una gran ocasión para que el fraybentino muestre lo que tiene. Es un jugador reclamado desde algún sector del periodismo y también por los hinchas. Es un buen momento para que Tabárez lo evalúe durante más minutos junto a Bentancur. De repente por ahí encuentra la solución en el medio que hasta ahora no ha hallado por más pruebas que ha hecho en los dos primeros juegos.

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