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Orgullo celeste: todos para uno y uno para todos

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Foto: Nicolás Pereyra

SELECCIÓN

Nández trancó con la cabeza, Cáceres apuró el cambio de Maxi Gómez y Suárez ayudó a Cavani.

La Asociación Uruguaya de Fútbol, a través de sus redes sociales, ha elegido inteligentemente una frase para que la comunidad celeste se identifique cuando pone un posteo: #ElEquipoQueNosUne. Así se refiere a la selección uruguaya y vaya si es verdad. Pero no solo une a los hinchas en un sentimiento común que pasa por el orgullo, la emoción y por qué no a veces la bronca, sino también une a los propios jugadores.

El momento por el que está atravesando Argentina no es algo nuevo para los uruguayos. El final de la década de 1980 y durante toda la de 1990 las frustraciones celestes estaban a la orden del día. La AUF era un caos institucional y cuando la cabeza no anda bien, el resto del cuerpo tampoco. Y uno de los miembros de ese cuerpo es precisamente la selección nacional. Los jugadores venían con desgano porque viajaban miles de kilómetros para encontrarse con más problemas que soluciones, casi nadie quería venir a quemarse y más allá de la Copa América de 1995 ganada en casa, lo que fue una motivación extra, venir a ponerse la Celeste no era prioridad para los principales futbolistas. Hoy Argentina es un símil de aquel Uruguay, aunque con la diferencia que tiene mayor cantidad de futbolistas de renombre y jerarquía.

El retorno de Óscar Tabárez a la selección luego de su experiencia mundialista de 1990 ha cambiado eso. Su proyecto le dio no solo priorizó a la Celeste, sino que generó en los futbolistas admiración y orgullo de vestirla que se ha ido transmitiendo a cada uno de los jóvenes. Dentro del plantel no hay nada más importante que el grupo humano. Nada. Ni siquiera los resultados, porque cuando llegaron las verdes, fue la unión lo que rescató a Uruguay.

Y para muestra de que no hay nadie más importante que otro, por más que es indudable el peso que tienen Diego Godín, Luis Suárez y Edinson Cavani como futbolistas top del mundo, acá van algunas muestras:

NÁNDEZ

Su esfuerzo con la cabeza

Uruguay va ganando 2-0 ya y se juega el segundo tiempo. Un futbolista ruso recupera la pelota en mediocampo celeste e intenta irse por la punta. Nahitan Nández forcejea, cae al piso e intenta trancar con la cabeza no una, sino dos veces. Al final pierde el duelo, pero se lleva la ovación y la admiración de sus compañeros, que corren como locos para tratar de que el esfuerzo que hizo el número 8 no haya sido en vano. Y lo consiguen. La jugada muere al borde del área.

Esto no es nuevo, sino que se ha transmitido, porque antes lo hicieron Diego Lugano, el “Ruso” Pérez, Nicolás Lodeiro y “Josema” Giménez. Por la Celeste se deja todo. Y si no hay que recordar a “Palito” Pereira y su famosa frase: “No salgo nada”, cuando inconsciente desafió la recomendación del Dr. Alberto Pan de abandonar el partido con Inglaterra luego de recibir un rodillazo en la cabeza durante el Mundial de Brasil 2014. “No recuerdo nada”, dijo luego. Es que con la Celeste en el pecho se juega con el corazón más que con la cabeza.

CÁCERES

Apuró el cambió de "Maxi" Gómez

La unión del grupo no solo se ve en esa pujanza por ir a buscar cada pelota como si fuera la última, sino también en actitudes que no hacen más que alimentar ese orgullo por defender a Uruguay. Como lo ocurrido el lunes a la noche en Samara, cuando el partido ya estaba definido.

Se jugaban los últimos instantes y paradito al lado de la raya, esperando que el balón al fin saliera, estaba Maximiliano Gómez. Con el número 18 en la espalda, el goleador del Celta de Vigo se salía de la vaina por entrar. Los minutos de descuento se iban y él no podía ingresar. Entonces, el “Pelado” Cáceres dejó ir a propósito una pelota para que el sanducero tuviera su debut mundialista.

cavani

Salió corriendo del campo

Se levantó el cartel luminoso que mostraba en rojo el número 21. Se iba Cavani, que bien pudo haber demorado su salida para recibir la ovación que bajaba de las tribunas celestes. Pero no, apuró su paso para que “Maxi” tuviera algunos instantes más en cancha en su primera presentación en la Copa del Mundo.

“Quiero felicitarte Maxi Gómez por tu debut en un Mundial. Dios te bendiga y puedan ser muchísimos más con nuestra celeste del alma. ¡Arriba Uruguay!”, escribió el Matador en su Twitter.

“Desde chiquito soñé con esto. Gracias a Dios pude cumplirlo, más que feliz. Gracias a mis compañeros”, posteó en la misma red social Gómez, quien le respondió también a “Edi”. “Muchas gracias, crack. Vamos por más celeste del alma”.

SUÁREZ

Quería el gol del "Matador"

Que Uruguay tiene a dos de los delanteros más letales del mundo no es una novedad. Cavani y Luis Suárez integran una delantera envidiable para cualquiera de las 32 selecciones mundialistas. Los dos acaban de convertirse en los primeros futbolistas que defendiendo a Uruguay anotan en tres Copas del Mundo diferentes. “Lucho” fue el primero que lo logró, pero no quería ser el único y lo demostró ante Rusia. Suárez hizo hasta lo imposible para que Cavani anotara. Tuvo un par de ocasiones para convertir y prefirió pasarla a su coterráneo para que éste la empujara. El “Matador”, en su afán de conquista, pecó de egoísta en alguna situación, pero Suárez nada le reprochó sino todo lo contrario, lo alentó. Al final, “Edi” encontró su gol en el minuto 90 y Suárez, al igual que todos los demás celestes, lo celebraron como si fuera el de una final del mundo.

Los entrenadores suelen decir que el fútbol de hoy se define por los pequeños detalles. La historia de una selección también. En Uruguay pueden estar tranquilos porque estos son solo algunos (ocurridos en apenas 90 minutos de juego) de los que han forjado a esta Celeste que destila orgullo.

Mientras siga así, la ilusión de llegar hasta el último día de la cita de Rusia seguirá encendida.

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