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Neymar anda en bici

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Foto: Reuters
Soccer Football - World Cup - Group E - Brazil vs Costa Rica - Saint Petersburg Stadium, Saint Petersburg, Russia - June 22, 2018 Brazil's Neymar celebrates scoring their second goal REUTERS/Carlos Garcia Rawlins TPX IMAGES OF THE DAY SOCCER-WORLDCUP-BRA-CRI/ SOCCER-WORLDCUP-BRA-CRI/
CARLOS GARCIA RAWLINS/REUTERS

RUSIA 2018

Con un gol, varios lujos (bicicleta incluida) y muchas lágrimas, el astro brasileño dejó atrás todos sus miedos.

Brasil ganó su primer partido en Rusia. Le costó mucho y los goles recién llegaron al final, pero uno de los grandes candidatos al título respiró con la victoria.

Neymar terminó llorando, muchos creen que para las cámaras. Pero él explicó que las lágrimas salieron de sus ojos por el desahogó que significó el triunfo tras varios meses de miedo e incertidumbre.

“Llorá Ney, llorá. Sólo vos sabés lo que pasaste para llegar a esta copa”, le dijo el capitán norteño Thiago Silva, cuando tras unos minutos arrodillado y llorando solo en el campo, sus compañeros se acercaron a consolarlo. Es que con el partido de la víspera, Neymar dejó definitivamente en el pasado la lesión que sufrió en febrero pasado jugando para el PSG en el pie derecho y por la que tuvo que pasar por el quirófano.

Una lesión que no le permitió llegar en plenitud a la Copa del Mundo. Y que según el mismo reconoció lo dejó con miedo de volver a las canchas. Y que sólo pudo superar con la ayuda de un psicólogo. Una lesión, que necesitó casi 100 días de recuperación y le permitió jugar apenas tres partidos. Por lo que seguramente, seguirá mejorando a medida que avance el Mundial para su selección, que ayer de no mediar por los agónicos goles, hubiera quedado complicada en el grupo.

Neymar venía además de una semana difícil. Las 19 faltas recibidas en el debut frente a Suiza, lo habían dejado dolorido. Y el miedo había vuelto a aparecer.

“No todos saben por lo que pasé hasta llegar acá. El llanto fue de superación y de garra. El sueño continúa”, explicó Neymar. “Hablar hablan hasta los papagayos, había que hacer. Y pocos hacen. Lloré de alegría, de superación y de garra”, insistió. “En mi vida las cosas nunca fueron sencillas. Y ahora tampoco lo serán. Pero el sueño continúa. El sueño no, el objetivo. Felicitaciones a todos mis compañeros por el partido”, afirmó Neymar tras la agónica y angustiante victoria conseguida en San Petersburgo.

Con el gol que le anotó ayer a Costa Rica llegó a 56 tantos con la verdeamarelha, superando a Romario y quedando en el cuarto lugar de los artilleros históricos. Ahora solo tiene por delante a Ronaldo, a Zico y al rey Pelé. Además, anotó su quinto gol en Mundiales, dado que había marcado cuatro en Brasil 2014, antes de lesionarse y tener que abandonar al “Scratch”.

Neymar fue en la víspera el mejor jugador de Brasil detrás de Philippe Coutinho, autor del primer gol, y de Marcelo, que se cansó de subir.

La estrella brasileña quiso siempre la pelota y aunque se molestó con el VAR que le negó un penal (recibió amarilla), aguantó las faltas de los rivales. Y se mandó varios lujos.

El principal, una bicicleta que hizo a los 95’ cuando su equipo ya estaba en ventaja. lo que hizo y el momento en que lo hizo es la mayor de las críticas al astro brasileño. Fue a la salida de un córner y nadie puede negar que fue una genialidad. Se la hizo al volante costarricense Yeltsin Tejada. Seguro que otra hubiera sido la historia si se la mandaba con un uruguayo.

Anda torcido. Pobre Tite. Su selección lo hizo sufrir hasta el final porque no conseguía entrarle a una defensa “tica” que se cerraba muy bien, sumado a las grandes atajadas de Keylor Navas. Una defensa que recién pudo superar Philippe Coutinho en los descuentos.

Cuando el técnico, y todos los que estaban en el banco, salieron en alocada carrera celebrando ese gol, se enredó con Ederson, el arquero suplente y se pegó flor de porrazo.

“No consigo andar derecho”, se lamentó Tite, quien llegó rengueando a la conferencia de prensa. “Me tendrán que evaluar los médicos, no sé si será una contractura o un desgarro, pero poco me importa. La celebración lo merecía”, dijo el técnico que llevó de la mano a Brasil hasta Rusia. “En el segundo tiempo no lo podía creer y me preguntaba si en verdad la bola no iba a entrar nunca”, contó.

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