RUSIA 2018

El estadio queda a unos 35 kilómetros del centro de la ciudad, pero enfrente a la playa, por los cual los uruguayos se vinieron temprano y disfrutaron por un rato del Mar Negro.

No fue una previa más para los hinchas uruguayos, porque se vivió con mucha intensidad. No solo era día de partido de La Celeste, sino que también jugaba Argentina frente a Francia y, por si se precisaba algún condimento más, de ese encuentro saldría el potencial rival en cuartos de final. Pero los orientales no se hicieron problemas.

Llegar hasta el estadio Fisht desde el centro de Sochi lleva como una hora, pero los hinchas uruguayos tomaron todas las precauciones del caso y se fueron bien temprano. Sochi tiene 77 kilómetros de playa, pero hay una y a todo lujo enfrenta al mismísimo estadio, por lo que optaron por concurrir allí.

Fue normal encontrarse por lo tanto con personas llevando la bandera uruguaya o vistiendo la casaca de la selección desde tempranas horas. Los uruguayos coparon la playa y la hermosa rambla de esta ciudad balneario, en la que hubo durante toda la mañana más de 30 grados. Las aguas del Mar Negro sirvieron para aplacar el sofocante calor y cuando se aproximaban las 17 horas locales, la gran mayoría salió hacia los locales de comida que había alrededor.

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¿Hambre? Sí, un poco, pero sobre todo había que cargar energías antes de ir a hinchar por Uruguay y, además, aprovechar la oportunidad para observar Argentina-Francia. Una vez finalizado este encuentro, entonces sí iniciaron la peregrinación hacia el estadio, llegando los primeros dos horas antes del comienzo del juego.

El "Volveremos, volveremos..." se escuchó desde temprano en Sochi y se hizo más fuerte cuando por las pantallas gigantes se mostró la llegada de Uruguay.

Los hinchas celestes ya empezaron a jugar su partido hace rato.