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Griezmann fue el mejor

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Mbappé. Foto: Reuters  Antoine Griezmann con su hija en brazos, la ahijada de Godín. Foto: AFP
TOPSHOT - France's forward Antoine Griezmann poses with his daughter and their World Cup trophy after winning the Russia 2018 World Cup final football match between France and Croatia at the Luzhniki Stadium in Moscow on July 15, 2018. RESTRICTED TO EDITORIAL USE - NO MOBILE PUSH ALERTS/DOWNLOADS / AFP / FRANCK FIFE / RESTRICTED TO EDITORIAL USE - NO MOBILE PUSH ALERTS/DOWNLOADS TOPSHOTS-TOPSHOT-FBL-WC-2018-MATCH64-FRA-CRO
FRANCK FIFE/AFP

RUSIA 2018

El delantero francés fue elegido el jugador MVP de la final, fue uno de los goleadores de su selección y ganó el balón de bronce de la Copa. En su mayor momento de felicidad, volvió a acordarse de Uruguay: en la conferencia respondió con una bandera sobre sus hombros

Antoine Griezmann, ese francés tan uruguayo, que no gritó el gol que le convirtió a los celestes, fue ayer la figura de la final del Campeonato del Mundo.

Ese francés moldeado por Martín Lasarte y el profesor Pablo Balbi en la Real Sociedad, al que Carlos Bueno le enseñó a cabecear y alguna cosita más, al que Diego Ifrán le enseñó a preparar un mate y el “Chory” Castro lo invitó a los asados, fue clave en la víspera para que Francia pudiera levantar la copa por segunda vez en su historia.

A los 18’ Griezmann fabricó una falta que no existió. Él mismo remató el tiro libre que iba destinado a su compañero Varane. Fue un calco del gol que los galos le anotaron a Uruguay en el partido de cuatros de final. La única diferencia fue que ayer Varane no pudo llegar a cabecear, pero sí lo hizo Mario Mandzukic. El delantero de la Juventus colocó la pelota contra el palo derecho de su arquero y anotó el primer gol en contra en la historia de las finales. Francia se ponía en ventaja ante Croacia, gracias a la astucia y el buen remate de Antoine Griezmann.

Ese francés que siguió aumentando su cultura uruguaya con el “Cebolla” Cristian Rodríguez, Diego Godín y José María Giménez cuando pasó al Atlético de Madrid, fue elegido en la víspera como el mejor jugador del partido por la FIFA. Fue la segunda vez que fue considerado el jugador MVP: ya había sucedido frente a Uruguay.

A los 33’ cuando Croacia ya había empatado el partido con un golazo de Perisic, Griezmann levantó un córner que terminó con una mano de Perisic en el área. En principio el árbitro Pitana no sancionó el penal, pero recurrió al VAR. Y tras varios minutos observando la jugada, dio la pena máxima para los franceses. Lo tiró Griezmann y lo hizo muy bien. Pelota a un lado y Subasic al otro. Francia volvía a ponerse en ventaja, otra vez de la mano de Antoine.

Ese francés, tan uruguayo, también tuvo que ver en el tercer gol de su selección, el golazo que anotó Paul Pogbá a los 13’ del segundo tiempo. Fue una corrida de Mbappé por la derecha, un centro al medio que recibe Griezmann y la toca para Pogbá. Es cierto que hubo un rebote en un rival, pero el delantero volvió a participar en la jugada colectiva que finalizó con otro gol galo.

Todavía faltaba el gol de Mbappé, el cuarto de Francia. Con su conquista el muchacho de 19 años alcanzó a Griezmann como goleador de la selección campeona del mundo, ambos con cuatro tantos.

Es cierto, que el error de Lloris y el segundo gol croata le puso cierta emoción al partido, pero ya nada podía cambiar. Francia fue justo campeón del mundo en Rusia, y ese francés, tan uruguayo, terminó quedándose con el balón de bronce.

En Uruguay la mayoría de los hinchas quería que ayer ganara Francia por ese francés tan uruguayo que ama el dulce de leche. Es un orgullo que un jugador de tanto talento se considere un poquito uruguayo. Y que sea tan agradecido a la gente nacida en este pequeño país que no festejó el gol por respeto a los que lo formaron y a sus amigos, como él mismo explicó en su momento. Ayer en la conferencia de prensa vio una bandera de Uruguay y la pidió. Se levantó, se la puso sobre los hombros, dijo “¡Uruguay nomás!” y así respondió a las preguntas. Y luego se la llevó para el vestuario. Es una lástima que algunos no lo entiendan.

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