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Todo tiene una explicación

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Lukaku, De Bruyne, Courtois, Batshuayi, Hazard, Chadli y Mertens en el festejo de Bélgica. Foto: AFP
Belgium's players celebrate their win at the end of the Russia 2018 World Cup quarter-final football match between Brazil and Belgium at the Kazan Arena in Kazan on July 6, 2018. RESTRICTED TO EDITORIAL USE - NO MOBILE PUSH ALERTS/DOWNLOADS / AFP / SAEED KHAN / RESTRICTED TO EDITORIAL USE - NO MOBILE PUSH ALERTS/DOWNLOADS FBL-WC-2018-MATCH58-BRA-BEL
SAEED KHAN/AFP

RUSIA 2018

La metamoforsis de Bélgica, que explica su estupendo presente en el Mundial 2018

Bélgica, que mañana jugará la semifinal del Mundial contra Francia, cuenta con un equipo lleno de estrellas, una generación dorada de futbolistas que no salió de la nada, sino que ha sido fruto del trabajo de la Federación Belga desde hace más de una década.

Con el recuerdo de la semifinal del Mundial 1986 perdida contra Argentina, el mejor resultado alcanzado hasta ahora por los “Diablos Rojos”, el fútbol belga fue decayendo, tanto a nivel de clubes como de una selección nacional que entre 2002 y 2014 estuvo ausente de dos Mundiales (2006 y 2010) y de las tres Eurocopas (2004, 2008 y 2012).

Los “Diablos Rojos” llegaron a tocar fondo, cayendo incluso al puesto 71º del ranking FIFA en junio de 2007, el más bajo jamás ocupado por los belgas desde la creación de esta clasificación en 1993, pero desde uno años antes, a comienzos del nuevo milenio, ya se habían comenzado a poner las bases de los éxitos que llegarían más de una década después.

Porque si Bélgica cuenta ahora con algunos de los mejores futbolistas del mundo en su puesto, como los volantes Eden Hazard y Kevin de Bruyne, el delantero Romelu Lukaku o el arquero Thibaut Courtois, es por el trabajo de mejora de las instalaciones y de la formación de los jóvenes talentos que se inició hace casi 20 años.

“Hubo un trabajo muy serio de la Federación de intentar hacer un proceso muy claro de cómo desarrollar futbolistas en Bélgica y se trazó un camino muy claro de cómo se quería desarrollar al jugador, implicando a las escuelas y a los clubes profesionales, y de qué forma se quería jugar”, recordó el actual seleccionador, el español Roberto Martínez, en una entrevista al canal TyC Sports.

A comienzos de los años 2000, los responsables del fútbol belga comenzaron a estudiar los sistemas de trabajo de los países vecinos como Francia, Alemania u Holanda y se acordó crear una red de escuelas de fútbol que son auditadas periódicamente de manera que las mejor puntuadas son las que acaparan mayor talento. Además se reunió a todos los entrenadores para ofrecer la misma formación, también en lo futbolístico, ya que se decidió abandonar el tradicional sistema de juego 4-4-2 por el 4-3-3 que los vecinos holandeses llevaban aplicando durante tres décadas con grandes resultados y que después Cruyff exportó al Barcelona. Los primeros síntomas de que las cosas podían ir por el buen camino llegaron en los Juegos Olímpicos de Pekín-2008, en los que los Diablos Rojos alcanzaron las semifinales con un equipo en el que ya comenzaban a despuntar Marouane Fellaini, Thomas Vermaelen, Vincent Kompany, Jan Vertonghen o Moussa Dembelé, todos ellos presentes en Rusia.

Poco a poco se irán incorporando otros jóvenes con talento (Witsel, Hazard, De Bruyne, Courtois, Lukaku, Carrasco, Chadli, Meunier, etc) pero el proceso no es sencillo y se salda con dos decepciones en el Mundial 2014 y la Eurocopa 2016, donde llegó a cuartos.

Sin embargo, el grupo parece haber llegado a Rusia en plena madurez y con capacidad para ofrecer a este pequeño país de poco más de 11 millones de habitantes el primer gran título de su historia.

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