ASI LO VEO

EDWARD PIÑÓN

Ellos no se cansan de afirmar que tienen un equipo y que no son dependientes de Cristiano Ronaldo. Hasta es lógico que ponderen la calidad de Bernardo Silva, el arte de Quaresma para pegarle a la pelota, la agresividad y fortaleza de Pepe en el fondo y la seguridad del arquero Rui Patricio, pero no consiguen evitar la dependencia.

Si se quiere es hasta lógico que sea inevitable, por lo que arrastra y obliga esa figura. Es como que hay que pagar un peaje por la transcendencia que tiene. Alcanza con mirar la postura que asumen aquellos jugadores que avanzan con la pelota para comprender que tener a CR7 dentro de la cancha es influyente. Corren sí, enfilan hacia lo que se propusieron, son capaces de resolver, pero van mirándolo de reojo en cada paso, ya que muchas veces el subconsciente termina influyendo.

Supongo que el DT Fernando Santos no lo debe querer así, pero como evitarlo cuando todos saben que pasársela a ese infernal goleador es incrementar las posibilidades ganadoras de su equipo.

No debe haber instrucciones precisas de que todo circule o funcione a partir de lo que haga el futbolista del Real Madrid, ni siquiera una orden expresa de “hay que dársela siempre a él”, pero es fácil percibir que en un entorno complicado todo pasará por tratar de encontrarlo en libertad de acción para que resuelva.

El éxito de Uruguay en su control pasará por no dejarlo correr la cancha, porque con espacio por delante este extraordinario atacante se transformará en una verdadera pesadilla. Y, parece hasta de tapa de libro futbolero, que no se cometan infracciones en las inmediaciones del área porque será como poner a Fernando Muslera contra un pelotón de fusilamiento.

La Celeste ya no dejó que Rusia explotara su velocidad de sprint, la mejor del Mundial en ese rubro, habrá que esforzarse para evitar que CR7 haga daño.