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Crece la fiebre celeste y muchos se juegan la última oportunidad

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Sangre de campeones II por Arotxa

Cielo de un solo color

Precios de banderas, gorros, pelucas y camisetas se dispararon tras el triunfo con Portugal.

Cavani no está y el ánimo podría haberse ido al diablo, como pasó en 2014 cuando supimos que Suárez no iba más. Pero no. La ciudad está llena de banderas, camisetas, gorros, pelucas, bufandas y hasta camperas color celeste. Perder es una posibilidad, pero no una fija. La esperanza está intacta. Y eso es una oportunidad para comerciantes que ven con signo de pesos el sueño de llegar a las semifinales.

Hace 23 años que Leonel vende termos y mates artesanales sobre la avenida 18 de Julio, a pasos de la Plaza Cagancha. Cuando empezó el mundial decidió incorporar banderas y bufandas de la selección. Le ganamos a Egipto e incluyó sombreros, largas galeras celestes de polifón. Derrotamos a Arabia Saudita y puso también camisetas de la selección truchas. Goleamos a Rusia y sumó caretas de cartón de Luis Suárez. Después del partido con Portugal, agregó otras con la cara de Cavani. Hoy ya no hay termo ni mate alguno en el puesto de Leonel, ahora es todo celeste y blanco, a no ser un par de banderas de Brasil que tiene la esperanzan que sean compradas por algún turista fanático de Neymar.

Leonel está indignado porque dice que después del pasaje a cuartos de final los mayoristas le subieron todos los precios. "Las banderitas para los coches de $ 18 se fueron a $ 34", dice con fastidio. Y se justifica así de haberlas subido de $ 50 a $ 70. Hay decenas de puestos como el suyo en el Cordón, el Centro y la Ciudad Vieja. Los precios de estas banderitas difieren mucho. Algunos las tienen más baratas, a $ 40 o $ 45; otros más caras, llegando hasta $ 150. En el Barrio Reus, sobre la calle Arenal Grande, los mayoristas las venden a $ 25 la unidad y al por mayor diez o más por $ 15.

Este no es el único comerciante que tiñó su negocio de celeste acompañando los buenos resultados de la selección. Unas cuadras más adelante, a la entrada de la Galería del Sol, en 18 de Julio y Convención, Sebastián pasó de vender camperas de todo tipo, a otras de varios colores que dicen "Uruguay" en letras gigantes que atraviesan todo el pecho. También comercializa camisetas con leyendas como "Uruguay nomá!", "Uruguayos campeones", y "Celeste regalame un sol", parafraseando el tema de No Te Va Gustar. El modelo que más le piden es uno que tiene a Suárez con la pierna derecha en el aire a punto de patear una pelota. "Esa jugada terminó en gol", sostiene. Todas salen $ 200. Las camperas $ 500 para arriba, dependiendo del talle. "Partido a partido voy comprando más cosas. No se pude pedir todo de una, porque si Uruguay pierde la gente deja de comprar", explica.

Sebastián también dice tener problemas con los mayoristas, "no porque hayan subido los precios, sino porque se quedaron sin mercadería; se ve que no esperaban que Uruguay llegara tan lejos", supone, y espera poder conseguir más cosas "para después que le ganemos a Francia". Es puro optimismo.

Unos pasos más adelante un local decorado con pequeñas banderitas vende el "parlante multimedia de la Celeste". Tiene la forma de una lata de refresco, una entrada para puerto USB, también funciona con Bluetooth, dice "Uruguay" y el rostro de Obdulio Varela, en la famosa foto en que está mirando el horizonte. El precio: $ 195. Un veinteañero pide uno para probarlo. Funciona bien. "Me lo llevo", dice con sonrisa ancha.

Quieren vender más.

Cruzando la Puerta de la Ciudadela la cebra está pintada de celeste y blanco. Un local luce cobertores de valijas con el diseño de la bandera de Uruguay. Las librerías ponen en vidriera todos los libros que tienen que ver con la selección. En la calle se venden pósters con los rostros de los jugadores y la copia del afiche del Mundial de 1930.

Ana, que vende pelucas celestes lacias y enruladas en una esquina de la Peatonal Sarandí, se queja de que la gente ya no esté comprando tanto. "El día que le ganamos a Portugal vendimos bastante, ahora está muy quieto, espero que mañana mejore, y que ganemos para hacer algún pesito más", dice. La peluca la cobra $ 200, en Arenal Grande está a $ 100. La bandera de Uruguay, de 90 por 1,50 metro, $ 150, el costo es de $ 85. También tiene camisetas, visiblemente piratas, a $ 500 o $ 600. La de $ 500 nadie en este mundo podría confundirla con la original, con la otra dependerá de qué tan de cerca se la mire. En el Barrio Reus la mejorcita está a $ 270.

La piratería es un tema. La semana pasada incautaron 100.000 camisetas falsas en el Puerto de Montevideo. Venían de China, e iban hacia Paraguay. Eran de las selecciones de Argentina, Colombia, Rusia y Suecia. Antes de que comenzara el Mundial frenaron 6.000 pelotas con el mismo diseño de la original copiadas. En Artigas incautaron 600 camisetas de la selección truchas y 100 en Rivera. Todo esto según datos brindados a El País por Virginia Cervieri, de Cervieri Monsuárez & Asociados, y presidenta del Comité Antipiratería de la Asociación Internacional de Marcas.

Entrando a la zona del Mercado del Puerto hay un carrito que vende "el chorizo celeste", que según la foto incluye tomate, lechuga, mozzarella, jamón y hongos, y cuesta $ 120. Más lejos, aparece el comercio de Ana, que no está para nada contenta. "Está lleno de gente vendiendo en la calle, y eso le quita venta a los negocios instalados, los que pagamos impuestos", se queja. En su local las banderitas para los autos están a $ 90 (esas que cuestan $ 15 en el Barrio Reus) y las camisetas truchas de la selección a $ 700 (las de $ 270).

Gorros con forma de pelota, platos y mamushkas

Los colores de Uruguay a pleno. Foto: Francisco Flores.
Los colores de Uruguay a pleno. Foto: Francisco Flores.

En Arenal Grande el mundial da para todo. El cotillón celeste, los ya clásicos cambiadores de figuritas, pero también mamushkas, a $ 120. Todo tiene los colores de la selección, todo es celeste y blanco.

Uno tiene balconeras con imágenes de Suárez y Cavani juntos, con una foto del Kremlin de fondo. "Salen $ 100", dice el vendedor, que cuando empezás a irte te avisa que si comprás más de tres te las deja a $ 60 cada uno, y si luego das unos pasos más grita "te los dejo a $ 50".

Hay futbolitos de plástico a $ 394, el bancario celeste a $ 412, un puzzle a $ 190 y un arco bien chiquito a $ 229. Estos parecen ser oficiales, pues llevan el logo de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF). Pero aquí nunca se sabe.

Los gorros con visera están $ 180, o $ 130 al por mayor, mismo que en el Centro se pueden encontrar por casi el doble. Dicen "Uruguay" en letras celestes, y los hay negros, azules y blancos. Después hay otros de lana, con animalitos de color celeste que están a $ 70 por mayor y $ 80 la unidad.

Hay un gorro de polifón celeste que tiene forma de jarra de cerveza y cuesta $ 273. Otro como una galera a $ 280 y uno que es una gran pelota celeste a $ 196.

Delantales a $ 480 para adultos y para niños $ 590, que vienen también con el gorro de cocinero, y con la leyenda "Vamos Uruguay".

Venden hasta "los platos de la selección". Son de cartón y no tienen nada que lo pueda identificar con Uruguay, más allá de que son de color celeste. Salen $ 42 el paquete, que trae 10.

También hay pelotas, de cuero y de goma, que dicen "oficial", pero no lo son —igual que las camisetas que hay por todas partes—, y son también de color celeste. El precio es de $ 150 y $ 200, respectivamente.

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