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Argentina y el "desastre de Suecia"

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Foto: Archivo
Cupese, Pablo

RECUERDOS MUNDIALISTAS

El Mundial en el que la selección albiceleste tuvo una campaña muy irregular y recibió una goleada histórica.

El mito de la superioridad del fútbol argentino tuvo una base sólida, cuando peleó con Uruguay los títulos olímpico y mundial en 1928 y 1930, así como por el destaque de sus jugadores en todo el mundo. Pero el paso del tiempo, la excesiva confianza y el aislamiento internacional fueron erosionando ese pedestal sin que muchos se dieran cuenta.

La Segunda Guerra Mundial interrumpió los mundiales justo en la época dorada de Argentina, que dominaba por esos días los Sudamericanos. Pero al reanudarse la disputa de la Copa del Mundo, Argentina faltó a Brasil 1950 y Suiza 1954, supuestamente porque las autoridades del fútbol no le dieron al entonces presidente Juan Domingo Perón la seguridad de que serían campeones.

Derrocado Perón en 1955, para Suecia 1958 por fin aparecieron los argentinos (mientras Uruguay quedaba eliminado). Pese a las altas aspiraciones, apoyadas en el brillante triunfo en el Sudamericano de Lima 1957, el equipo albiceleste no pudo superar la serie. Perdió en el debut con Alemania Federal, campeón defensor, y luego venció a Irlanda del Norte por 3 a 1. Para seguir en el torneo era necesario vencer en el tercer partido a Checoslovaquia, el 15 de junio de 1958. Y terminó en una estrepitosa goleada a favor de los europeos: 6 a 1. La historia lo recuerda como el “desastre de Suecia”.

“Fuimos con los ojos vendados, a ciegas. No estábamos preparados ni física ni tácticamente para afrontar tres partidos en una semana”, admitió luego el veterano jugador Ángel Labruna.

Al regreso de la delegación, diez mil personas esperaban en el aeropuerto de Ezeiza. No para aplaudir a sus viejos ídolos, sino para insultarlos y arrojarles monedas. Particularmente afectado resultó el arquero Amadeo Carrizo, culpado por haber recibido tantos goles.

Fue el abrupto despertar de un sueño de grandeza. El fútbol argentino ingresó entonces en un período de desorientación y falta de confianza en sus fuerzas, del cual recién salió con el triunfo en el Mundial 1978.

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