Los Mundiales de Beijing han vuelto a coronar al jamaicano Usain Bolt como rey indiscutible del atletismo con su quinto triplete de oros en grandes citas, y ha visto el ascenso al trono de la holandesa Dafne Schippers, ganadora en 200 y plata en 100, la primera monarca blanca en mucho tiempo.
En un campeonato de roles cambiados, en el que atletas blancos han ganado pruebas de velocidad y jamaiquinos y keniatas han conseguido medallas en concursos, reflejo del nuevo tiempo que llega, Bolt ha sido la constante que reconcilia pasado y presente.
Tenía mucho de simbolismo la participación del astro jamaiquino en Beijing, que suponía su regreso a "El Nido", el estadio donde arrancó su leyenda en los ya lejanos Juegos Olímpicos de 2008.
Beijing también ha coronado a la nueva reina del atletismo: se llama Dafne Schippers y es una antigua atleta de heptatlón (bronce en Moscú 2013) evolucionada a velocista.
Schippers salió de los Europeos de Zúrich del año pasado convertida en la "gran esperanza blanca" y el Mundial de Beijing, con caribeñas y estadounidenses en lucha, la ha confirmado como una realidad. El acelerón final de la holandesa en el hectómetro puso incluso en aprietos a la jamaiquina Shelly Ann Fraser-Pryce, la reina saliente, y su victoria contra todo pronóstico en 200 obligó a la caribeña a cederle el trono.
La victoria de Schippers en la prueba de la media vuelta, además, ilustró una tendencia al cambio de los roles tradicionales.
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