JUEGOS PANAMERICANOS 2019

Darwin Núñez y Leonardo Fernández formaron de entrada una gran sociedad futbolística. Para eso fue clave la inteligencia del mediocampista para explotar la velocidad del delantero. Además, la dupla tuvo resultado positivo porque el ego quedó a un costado. Se buscaron, se asistieron para convertir y el equipo quedo muy agradecido porque terminó construyéndose un ataque formidable. Si se repite el buen juego, Uruguay seguirá logrando buenos resultados.

- El delantero tiene buen encare para desequilibrar con la jugada en carrera. Su técnica le permite, también, controlar la pelota tras un pase largo. Tiene moña y demostró no ser egoísta.

- Sencillamente: la rompe. "Leo" controla y pasa con la misma perfección con la que suele tirar un enganche. Muestra, también, mucho talento para usar el cuerpo y proteger el balón.

- Cuando Darwin enciende los motores es incontenible. Su aceleración y consistencia para mantener la carrera le da mucha ventaja contra varios rivales.

- Fernández tiene la velocidad más importante: la de resolver la jugada sin demora. Está adelantado al resto y con eso saca una gran ventaja porque pone el balón donde quiere.

- Núñez tiene un disparo fuerte, quizás lo que debe mejorar es la superación en la definición. Tomarse un segundo más para ajustar el remate.

- La precisión del volante a la hora de buscar el arco es innegable. No necesita tirar un misil para romper la red rival. Jerarquía absoluta en los tiros libres.

- Darwin Núñez colabora en la contención, aporta juego aéreo defensivo y sus piques le permiten al equipo tener posibilidades de sortear lineas defensivas.

- "Leo" es de los tres hombres más importantes en la generación de juego. Sabe moverse hacia los costados y no tiene problemas en retroceder varios metros si el equipo lo precisa. Desde ahí también habilita.