Con el impulso que le dieron los Juegos de Rio 2016, una gran inversión y apuesta al deporte, despegó Brasil.

LUIS EDUARDO INZAURRALDE - KAZÁN - EL PAÍS EN RUSIA

Estados Unidos se desmorona en el medallero. China y Rusia empiezan a modificar la hegemonía que históricamente establecieron los norteamericanos en la cima de la tabla y Sudamérica quiere plantar bandera en los mundiales de natación exclusivamente al influjo de un Brasil que, con una gran inversión en su apuesta como organizador de Rio 2016, busca ingresar en Kazán 2015 otra vez en el top 4, como hace dos años en Barcelona.

Despegado del resto en el continente sudamericano, Brasil parece haber descubierto la fórmula, de la que todos hablan pero pocos ponen en práctica: inversión y organización, explicaron a Ovación. Los jugadores de waterpolo cobran becas de hasta US$ 20.000, al tiempo que los deportistas tienen centros de alto rendimiento para perfeccionar y potenciar su desarrollo, llegan los mejores entrenadores del mundo a preparar a los atletas y el estado se alineó con un proyecto para posicionarse entre los poderosos del deporte a nivel mundial.

El Brasil exitoso de estos tiempos es en su estructura el mismo de siempre, porque sigue teniendo más de 200.000.000 de habitantes. Sin embargo, cambió la matriz que estableció un giro en el curso: en las 12 primeras ediciones de los mundiales de natación (entre 1973 y 2007), consiguió cuatro medallas; en las últimas tres (2009, 2011 y 2013) acumuló 18 y hasta ayer llevaba cinco en Kazán 2015.

La proximidad de Rio 2016 despertó a Brasil.

Mundial de Natación