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"No puedo hipotecar el patrimonio familiar para competir"

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Es un claro ejemplo de un deportista cabal, apasionado y serio. Sergio “Oso” Lafuente tiene en su haber varios títulos de halterofilia, a nivel local y sudamericano. Estuvo viviendo 18 meses en Rusia y representó a Uruguay en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992. Desde siempre fue un apasionado por los motores. Ha sido gran protagonista de las últimas ediciones del Rally Dakar.

Su gestión es reconocida a nivel internacional gracias a la enorme difusión de ese rally, cuya televisación llega a casi 200 países, con cientos de millones de televidentes. Además de ser un exitoso piloto, es un embajador deportivo del país al máximo nivel mundial.“Un sueño que tengo, y creo que ella también, es poder correr el Dakar junto a mi hija. Ojalá se pueda cumplir, si todo mejora. Sería dentro de dos años porque ella todavía es menor”.

—¿Cómo puede catalogar su participación en el Dakar?

—Me dejó un sabor agridulce; más dulce que agrio, porque el balance fue positivo debido a que el equipo se mostró muy fuerte, el cuatriciclo jamás falló, muy bien armado, un muy buen motor, la unión del equipo, el trabajo de todo el año, el entrenamiento realizado fue muy bueno, no tuve ningún problema de navegación, así que el balance final es bastante bueno. Lamentablemente la causa del abandono fue un pilotee que había abajo del agua, en un badén que estaba crecido, no lo pude ver. Fue mala suerte.

—¿Qué pensó apenas tuvo el accidente?

—La verdad que no pensé en nada, simplemente busqué el cuatri para poder seguir en carrera, en principio no me di cuenta qué se había roto, yo solo quería seguir. Después me di cuenta que la masa estaba rota y que no podía continuar.

—¿Es un orgullo que su equipo, que es íntegramente uruguayo esté al más alto nivel, entre los mejores internacionalmente?

—Sí, la verdad que es un orgullo para nosotros, porque tenemos un equipo totalmente profesional. No le envidiamos nada a nadie y todo de buena onda, nadie cobra un peso, todo es por amistad, días y días, meses y meses trabajando. La verdad es que tengo que agradecerle mucho a Bonilla y a Fernández, todas las manos que nos han dado, trabajando todas las madrugadas, sin problemas. Sobre todo a Bonilla, que estuvo conmigo 15 días en Córdoba, en el taller de Oreste Berta, trabajando en los motores. Después, al volver a Uruguay, ellos arman todo el cuatri y yo salgo a entrenar. Hemos aprendido qué es lo que se rompe en el cuatri y hemos trabajado duro para solucionarlo, el cuadro no lo he roto nunca más, con unos nuevos amortiguadores que le colocamos.

—A lo largo de sus participaciones en el Dakar ha ido mejorando. Así se lee su participación.

—Sí, hemos aprendido todos. En la parte física ya hemos aprendido qué hay que hacer y qué no debemos hacer. En la parte alimenticia, en lo que se refiere al agua que llevo para beber durante la etapa. Hay que tener mucho cuidado con la deshidratación. En carrera siempre trato de beber agua cada 15 minutos más o menos, porque muchas veces, cuando se empieza a tener sed es porque el organismo ya ha comenzado a deshidratarse. Llevo seis litros de agua y cuando llego a los sitios de control vuelvo a recargar agua que nos entrega la organización. La parte del armado del cuatri ha sido fundamental como la han mejorado los muchachos. También mejoramos la parte del taller. Ahora tenemos un taller con el que que no le envidiamos nada a nadie. Creo que en la parte de motos y cuatriciclos es el mejor taller que hay en el Dakar. Es un camión que era del equipo oficial Mini, que lo acondicionamos especialmente. Ahí hacemos todo, las reparaciones, la preparación del cuatri para la siguiente etapa, incluso hasta dormimos ahí mismo. La verdad que tenemos todo, pero en definitiva no tenemos nada, porque se me ha ido complicando el tema económico, por problemas laborales y al día de hoy tengo una incertidumbre total, incluso poniendo en duda si vamos a poder correr el Dakar del año que viene.

—¿Cuándo comienza su preparación para el Dakar?

—En cinco años es la primera vez que me tomo 15 días de descanso después de un Dakar. Yo entreno todo el año. Entrenar, voy a entrenar como si lo fuera a correr, nunca se sabe, quizás se pueda conseguir algunos auspiciantes que nos den una mano; vamos a tratar de hacer el intento. El entrenamiento lo vamos a seguir haciendo igual, el cuatriciclo lo vamos a seguir preparando igual, pero antes de mayo tenemos que tomar la decisión, porque en ese mes es cuando hay que hacer el giro del importe de la inscripción. Me levanto todos los días a las cuatro y media de la mañana. Mi señora me prepara un desayuno bien fuerte y a las seis ya estoy en el gimnasio, luego a las ocho estoy realizando otros ejercicios hasta las nueve y media y luego, en otro, al mediodía. Hemos reforzado las rodillas y la cadera que son las que más trabajan en carrera y también las más exigidas, junto a los hombros. Dependiendo de la agenda de cada día, me voy a andar en el cuatriciclo o voy a Montevideo a trabajar.

—¿Cuántas horas por día en el cuatriciclo?

—Al cuatri le metemos seis o siete horas por día. Tratamos de hacer alrededor de 500 kilómetros por día. En realidad nos preocupamos más de hacer kilómetros más que del tiempo mismo. Todo depende del tipo de camino por el que vaya a entrenar. Eso te lleva más o menos tiempo. Ese es otro de los problemas que tenemos. Para entrenar como se debe tengo un consumo de nafta de $ 2.000 o $ 3.000 por día. Nuestra empresa familiar es chiquita, hace cinco años que venimos sacando recursos económicos de ella. Ya estamos tocando fondo y teniendo graves problemas, por lo que creo que tendríamos que parar ya. No puedo hipotecar el patrimonio familiar para competir. Los dos auspiciantes mayores que tenemos son Yamaha y Lubricantes Ancap. Hay que tener en cuenta que nosotros no hemos salido a pedir. No sabemos cómo hacerlo y entre amigos vamos a hacer el intento de poder juntar el dinero necesario para tratar de estar en el Dakar 2016.

Favorito dela gente, pero sin espónsores

"Estoy totalmente asombrado de lo que pasó en Argentina. Me acuerdo clarito de las pancartas que cruzaban por encima de los puentes y en la carretera, que decían Osito Lafuente. Así en muchos lugares del camino, muchas banderas de Uruguay. En Chile pasó lo mismo. Hemos hecho una muy buena liga con toda la gente del Dakar y de los demás países. Creo que he caído en gracia. Pienso que por suerte se ha visto y se reconoce el resultado del esfuerzo que hemos hecho con todo el equipo y me parece una lástima que tengamos que abandonar, pero a esta altura no nos queda otra opción. Todo el mundo viene y me dice: Estás en el grupo de los tres mejores pilotos del mundo de la especialidad y no puede ser que eso se desaproveche. Un grupo de amigos me ha propuesto hacer una colecta para poder llegar a la cantidad necesaria para pagar la inscripción en mayo, pero juro que me da una vergüenza bárbara tener que llegar a eso", explicó a Ovación.

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