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Corazón de Leona

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Lusiana Aimar

Argentina inicia una nueva era sin "Lucha". A los 37 años, Luciana Aymar, la deportista más ganadora en la historia de su país, colgó el bastón.

Finalmente llegó el día, ese en el que Luciana Aymar no quería pensar. La jugadora de hockey más grande de todos los tiempos le dijo adiós a la actividad profesional y cerró una página única en la historia del deporte mundial.

Allá por el mes de abril y en el marco de los festejos por los 100 años del Club Old Boys y Old Girls, Luciana llegó a Uruguay para dar una clínica y conocer a un montón de chiquilinas que la idolatran, que sueñan ser como ella.

En esa oportunidad, Ovación la entrevistó y ella confesó que no quería hablar de retiro y que solo se enfocaba en el inminente Mundial de La Haya, que se disputaría unos meses después. Aunque sí se atrevía a vaticinar que sería su última batalla mundialista.

Muchos se ilusionaban con ver a "Lucha" en los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro del año 2016, algo que no ocurrirá.

Luciana nació el 10 de agosto de 1977 en la ciudad de Rosario, en Santa Fe, Argentina, ese país que le ha dado al mundo deportistas espectaculares, únicos, legendarios. Tras una carrera brillante, plagada de éxitos, la jugadora ingresó en los altares de los ídolos eternos e hizo que los argentinos vibraran con el hockey tanto como con el fútbol. Otro mérito de Aymar.

Entre sus mayores logros se encuentran cuatro medallas olímpicas (dos de plata y dos de bronce) y dos Copas del Mundo (2002 y 2010), que ganó junto con su equipo, Las Leonas. Además ostenta el récord de haber sido nombrada durante ocho años como la mejor jugadora del planeta en hockey sobre césped, entre otros cientos de diplomas.

Leyenda.

Dicen que de niña era introvertida, tímida. Nacida en una familia de clase media en Rosario, un diagnóstico médico hizo que empezara a practicar deportes. La flacura que tenía a los ocho años y los hombros caídos le podía generar problemas de postura en su espalda a futuro.

Hizo natación, patín, danza. Pero el destino le tenía preparado algo grande en el hockey, donde comenzó una carrera meteórica a la gloria.

"Yo empecé con ocho años en un club de barrio, de donde me llevé muchas amistades; entrenaba en césped en ese momento y soñaba con jugar mundiales, Juegos Olímpicos y vestir la camiseta de Argentina. Con mucho esfuerzo, dedicación, viajando mucho, esperando muchos años para que se me pueda dar. Hoy disfruto de lo que me pasó, el hockey me dio muchas satisfacciones", había dicho a Ovación.

"Perseverancia" fue la palabra que más remarcó durante la entrevista. Dedicación y trabajo para ser la mejor de todas. Una historia que tiene un sacrificio enorme detrás.

El llanto de Luciana después de perder en semifinales del mundial de La Haya quedó grabo. Sus lágrimas fueron la demostración más pura de amor a su causa y el por qué es la gran ídola argentina. A pesar de haber ganado todo, vivió aquel mundial como la primera vez.

Retiro.

"Jugaría toda mi vida, pero el cuerpo no me da", confesó Luciana cuando anunció que dejaría el deporte. Su última función sería en su tierra y terminó con la misma tónica que su carrera: como campeona del Champions Trophy.

A sus 37 años le puso fin a una vida de éxitos y dedicación. En el círculo más íntimo de Las Leonas reconocen su humildad y la responsabilidad de ser la generadora de grupo, de mística, algo que deberá lograr mantener el equipo ahora sin su estrella.

"Dí mi vida por este deporte", dijo alguna vez "Lucha", una frase que explica cómo se puede llegar tan alto en una disciplina.

SABER MÁS

El día "D". Argentina. Un gran desafío.

La selección argentina se enfrenta por primera vez tras varias décadas a no contar con su estrella. El entrenador Santiago Capurro dio a conocer hace unos días la primera lista de jugadoras sin Aymar.

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