Las llaves de la ciudad y una disculpa a cambio de un canguro de peluche: el alcalde de Río de Janeiro pidió excusas a Australia y admitió problemas en la Villa Olímpica, donde más de 600 obreros trabajan día y noche para dejarla lista de una vez por todas.
"Vi los problemas, era el peor edificio. Quería venir aquí a ofrecerles una disculpa formal", reconoció Eduardo Paes, alcalde de Río, al entregar a Kitty Chiller (jefa de la delegación de Australia) las llaves de la ciudad. Satisfecha al cabo de un par de días con la rapidez de las obras, Chiller indicó: "Es la mejor Villa que he visto en mis cinco Juegos Olímpicos... No hace dos días, pero hoy sin duda". Simon Orchard, jugador de hockey sobre césped, apuntó: "Luce fantástica, sin problemas". AFP
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