Cuando corría en su Sherwood Content natal, no podía imaginar lo que le depararía el destino: ser el más veloz de todos los tiempos y volverse un mito.

En el estadio Olímpico se vive un clima de despedida. Es que el escenario londinense, donde se está llevando a cabo el Mundial de Atletismo vio por última vez las zancadas de Usain Bolt corriendo la prueba de 100 metros. La gran estrella de las pruebas de velocidad decidió, a los 30 años, decir adiós. Su verdadera despedida será el próximo sábado, el 12, cuando dirá presente en la final de la posta 4x100.

“Me parece genial ser tú el que decides que te retiras, y que no sea el deporte quien te retire a ti, porque quiere decir que te sientes satisfecho con lo que has hecho”, dijo Bolt en su estilo de siempre.

A lo largo de su carrera, Usain cosechó once títulos mundiales y nueve oros olímpicos en 100, 200 y 4x100 metros, aunque uno de ello se lo retiraron por doping de su compañero Nesta Carter. Ganó tres medallas de oro en las pruebas de velocidad (100, 200 y 4x100 metros) en tres Juegos Olímpicos seguidos: Beijing 2008, Londres 2012 y Río de Janeiro 2016.

Seguramente, cuando siendo un niño y corría en Sherwood Content, Trelawny, una pequeña villa rodeada de colinas, no imaginaba lo que le iba a deparar el futuro. Ni que sería considerado el hombre más veloz de todos los tiempos. Ni que se convertiría en un mito.

Usain St. Leo Bolt nació el 21 de agosto de 1986, en Jamaica. Es uno de los tres hijos que tuvieron sus padres, Jennifer y Wellesley Bolt, propietarios de una tienda, lo que les permitió ser casi una familia pudiente si se compara con la pobreza que asola a la isla caribeña.

Desde pequeño demostró estar dotado para los deportes, destacándose principalmente en el juego del cricket y en el básquetbol. Tuvo un crecimiento espectacular, lo que, sumado a que no tenía una alimentación equilibrada,le provocó una escoliosis (desviación de la columna). Pero, eso no impidió que corriera a toda velocidad.

Luego de haber ingresado en la William Knibb Memorial High School, su entrenador de cricket le notó condiciones para velocista y lo impulsó a participar en competencias de atléticas. Es que como todos los niños de Jamaica, en la escuela primaria ya se dedicaba a correr, el deporte que más gusta a los jamaiquinos hasta el punto de que una simple competición escolar congrega a miles de espectadores.

Asafa Powell, consciente de las cualidades de aquel adolescente, lo convenció para que se entrenase y no malgastase sus fuerzas de fiesta en fiesta y en otros deportes. En 2001 Bolt ganó su primera medalla en el campeonato escolar en la categoría 200 metros con un tiempo de 22”04. El mismo año ganó su primera competencia a nivel nacional, obteniendo una medalla de plata en los 400 metros llanos, con un tiempo de 48”28. Su carrera había comenzado.

Los jamaiquinos entrenan sobre césped y descalzos. Esa puede ser una de las razones de su velocidad. Se han elaborado muchas teorías al respecto y también se han realizado estudios genéticos buscando la explicación a que a esta altura se conozca a Jamaica como “la isla de los esprínters”.

Un estudio elaborado en 2008, explica que la población jamaiquina presenta extrañamente cantidades de una sustancia que contribuye a la contracción rápida de las fibras musculares. Otros, en cambio encuentran la explicación en la historia. La población de la isla desciende de los esclavos de África occidental, y ellos tenían los pies muy anchos adaptados para cruzar la sabana. Sólo los más fuertes lograban sobrevivir al trayecto, y la primera parada era Jamaica.

Alto, Usain mide 1 metro 96, y fibroso, pesa 86 kg, su constitución física no correspondía con la de los últimos grandes velocistas. Por eso su entrenador, Glen Mills, hizo lo posible por alejarlo del hectómetro y centrarlo en los 200 metros. Es que siendo tan alto, su salida de los tacos era demasiado lenta. Afortunadamente para el mundo del atletismo, Bolt no le hizo caso.

En mayo de 2008, antes de los Juegos Olímpicos de Beijing , ya había bajado el récord de los 100 metros, que ostentaba desde 2007 su compatriota Asafa Powell, con 9,74 segundos. Bolt lo dejó en 9,72 segundos a pesar de que no era su especialidad. Powell le advirtió que en la capital china sería diferente, pero se equivocó.

Usain consiguió tres medallas de oro y otras tantas plusmarcas mundiales en las tres pruebas en las que compitió: 100 metros, 200 metros y 4x100. Allí se convirtió en el hombre más rápido de la historia. Fue además, la primera vez que la bandera de Jamaica ondeó en lo más alto en la prueba de los 100 metros, porque todos los otros campeones nacidos en la isla habían competido bajo otras banderas.

Las marcas que Bolt consiguió en Beijing levantaron sospechas, sobre todo de parte de los medios norteamericanos, porque Jamaica le había arrebatado a los Estados Unidos la hegemonía en la velocidad. Pero Bolt pasó once controles antidopaje sin tener problemas. Su padre siempre ha asegurado que el secreto de su hijo estaba en el ñame, una planta que forma parte de su dieta habitual.

Usain nunca se olvidó de sus orígenes. Colabora asiduamente con su Sherwood Content natal. Les ha llevado electricidad, agua potable y un nuevo acantarillado. Y en cada Navidad aparece por allí para repartir regalos entre los habitantes de la villa. “La fortuna sirve para ayudar a los que no son tan afortunados”, suele decir.

Las críticas. Usain Bolt celebró todos sus triunfos dando saltos y golpeándose el pecho, mirando a la grada y desentendiéndose de sus rivales. El presidente del Comité Olímpico Internacional criticó su actitud y la calificó de “falta de deportividad”.

De inmediato le llovieron las críticas. Ricky Simms, el representante de Bolt, le respondió: “A un atleta que acaba de ganar el oro con récord incluido no puede exigírsele que reaccione con esa deportividad. Bolt no es irrespetuoso, sino un niño grande que ha luchado mucho por conseguir tamaños éxitos. Lo único que intenta es hacer vibrar a la gente.”

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