Rosario Martínez y Liverpool ahora caminan juntos.

Desde 1990 no paró más. Empezó a dirigir a Wanderers de Santa Lucía, en su ciudad natal, y después ya empezó de lleno en el fútbol grande. En el profesionalismo.

Rosario Martínez asume este miércoles a las 09.00 horas en Liverpool, un club en donde su nombre siempre había estado “encima de la mesa”, pero nunca se pudo concretar su llegada.

“Es brava, pero me encantan los desafíos, no le escapo al reto, me gusta”, dijo a media tarde, después de regresar a su casa, tras recorrer las instalaciones del club. Sabe que tendrá todo al alcance de la mano. “Liverpool es un club ordenado, no le falta nada, no caben las excusas, y yo estoy convencido que con las herramientas, con trabajo y dedicación, se puede revertir esta situación. Hay buenos jugadores, tiene un buen plantel, ahora hay que meterse en la cancha y tratar de conseguir los resultados”, explicó el entrenador que hace una temporada dirigió a Fénix.

“¿Qué se hace?... Y es todo un combo ¿no? Hay que apelar a todo. Hay que ver cómo se encuentran los jugadores. Cómo están, qué sienten, qué quieren... hay que escuchar. Y en cancha, no se puede hacer mucha cosa de un día para otro, pero intentaremos plantear nuestra idea desde el primer momento para que sepan hacia dónde vamos. Después manda la cancha”, analizó el experiente entrenador ante su primera prueba de fuego este fin de semana ante El Tanque Sisley.

“Hablé largo y tendido con (José Luis) Palma, él me dijo que era algo así como una materia pendiente, que en varias ocasiones había pensado en mí como entrenador, y yo le dije que se había hecho desear. Si, haga de cuenta que Liverpool es como una mujer hermosa”, me dijo. Y tiene razón. Se hizo desear, porque es un club al que no le falta nada, que tiene todo al alcance de la mano y uno accede a las comodidades que deberían tener todos los clubes profesionales. Acá hay que pensar solo en el trabajo, en tratar de enderezar el rumbo y salir adelante. Siempre me gustaron los desafíos, y este me seduce”, agregó Rosario, que ahora camina junto a Liverpool.

JOSÉ MASTANDREA

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