MARCA PERSONAL
La pequeña Mia le cambió la vida a Antoine Griezmann. 'El día después' hizo un imperdible seguimiento del ánimo del delantero francés en el partido ante Las Palmas. Desde su entendimiento con Torres hasta el baile del cocodrilo.
Ya en el calentamiento, Antoine estaba pendiente de su hija que lo miraba desde el palco del Wanda Metropolitano.
Como siempre, su ansiedad por marcar un gol lo hizo protestar por alguna tarjeta o chocar con Fernando Torres, pero todo terminó de la mejor manera.
"El cocodrilo se metió en la cueva" y un festejo dedicado a su hija, a quien corrió a ver una vez finalizado el encuentro.