MARCA PERSONAL

La puesta en escena de una mascota, un oso llamada Jano, tuvo primero la participación activa de futbolistas del plantel profesional de Boca Juniors, hasta que el impacto negativo en las redes sociales obligó al club a emitir un comunicado desmintiendo la relación directa entre un peluche y la imagen del club. Tan enrevesado como verosímil, digno de ser relatado.

Desde hace años, el Xeneize tiene un contrato con la empresa Torneos para la explotación de productos vinculados a su imagen. Así, han desfilado todo tipo de elementos con el escudo del club: tazas, vasos, almohadones, pelotas.

La última creación se llama Jano, y tiene un aspecto parecido al de un oso. Ese detalle es todo: cuando ayer la imagen del peluche empezó a ser viralizada, los comentarios negativos de los propios hinchas de Boca cayeron en catarata por su asociación con Lucas Pratto, el delantero de River que marcó dos goles en las finales de la última Copa Libertadores entre ambos. Desde aquellos días, los hinchas de River hicieron del "modo Oso" un festejo prototípico, tal como hace el futbolista.

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Si Pratto es el Oso de River -así lo apodan al futbolista, curiosamente con pasado en Boca-, Boca no puede tener un oso como mascota, era el pensamiento que se difundía entre los simpatizantes más fanáticos del club.

Era tarde: ya circulaban todo tipo de fotografías de Jano con la camiseta puesta: en la platea de la Bombonera, sobre el césped de la cancha, en las manos de Daniele De Rossi y Eduardo Salvio.

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La repercusión negativa fue tal que hacia la noche del lunes, el club publicó un comunicado oficial desconociendo la relación entre Jano y la marca Boca.

"Ante la promoción sin consentimiento de una mascota oficial de la institución, el Club Atlético Boca Juniors se ve en la obligación de aclarar que no hizo ninguna búsqueda ni selección de mascota para representar al club ni está en sus planes tenerla. Como acostumbra con múltiples productos, Boca cerró un acuerdo con un licenciatario para realizar muñecos de peluche con su camiseta, pero de ninguna manera uno de ellos se convertiría en la mascota oficial. Los responsables del club ya se contactaron con la empresa licenciataria y el tema se encuentra en manos de los abogados de la institución", informó.

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Ahora vendrá la etapa comercial: ¿seguirá adelante Torneos con la exhibición y puesta en venta del peluche en los locales, como estaba previsto?. De hecho, el proyecto incluía un modelo parecido con los colores de River, ya que esa compañía tiene la licencia para explotar productos con ambos clubes. ¿O solo habrá un oso de River?

Como sea, al final de cuentas todo parece una exageración digna de los tiempos que corren: la sensibilidad de los hinchas -no importa la camiseta que tengan encima- ha corrido los límites hasta este punto en que cada paso debe ser medido milimétricamente antes de ser dado.

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