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Un salto para papá

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Néstor Nielsen. Foto: Reuters
DAMIR SAGOLJ

Nielsen se enteró de la muerte de su padre después de competir.

Néstor Nielsen cerró ayer su participación en los Juegos Olímpicos de Río en el puesto 42 de saltos ecuestres culminada la tercera ronda de la competencia. Tenía muchas esperanzas de llegar a la instancia final, pero eso no lo afectó tanto como la noticia que recibió luego de competir: su padre había fallecido.

Néstor padre, conocido en el mundo de la equitación como "Tito", fue quien le enseñó a montar, lo inició en el deporte ecuestre y le transmitió su gran amor por los caballos. Nielsen había sido jinete en saltos ecuestres y luego se convirtió en entrenador, además de ser armador de pista y árbitro internacional, frecuentemente llamado para competencias en Brasil y Argentina.

"Tito era un personaje dentro de la equitación. Y era un gran entrenador, de su hijo y de muchos otros jóvenes a los que guió en este maravillosos deporte", contó el doctor Carlos Baroffio, de la Comisión de Equitación del Carrasco Polo Club.

"Néstor heredó el amor por los caballos de su padre, quien crió a sus hijos entre caballos. Y daba la impresión que se llevaba mejor con los animales que con las personas", agregó Baroffio. "Es más, a Néstor hijo le dicen el susurrador, porque siempre le está hablando a los caballos".

El sueño de Nielsen padre, fallecido ayer, era ver a su hijo en los Juegos Olímpicos y fue él quien lo preparó para tan importante competencia. Lamentablemente, la enfermedad que padecía hace ya un tiempo le impidió acompañar a su hijo en Río de Janeiro.

"Siempre le decía a Néstor que el día que tuviera el caballo apropiado y la madurez necesaria, iba a clasificar a los Juegos Olímpicos. Y fue lo que sucedió", relató Baroffio.

A propósito del caballo apropiado, Nielsen recibió una importante oferta en dólares para vender a Prince Royal Z de la Luz, al que tenía desde que era un potrillo. Y fue su padre quien lo convenció de que no lo vendiera porque iba a ir con él a los Juegos Olímpicos. Y así iba a poder cumplir con el sueño de ambos: concurrir a una cita olímpica.

Seguramente Nielsen partió feliz y en paz tras ver a su hijo compitiendo al más alto nivel, entre los mejores jinetes del mundo.

Néstor Nielsen ya emprendió el regreso a Montevideo para poder estar junto a su familia y darle el último adiós a su padre y mentor.

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Néstor Nielsen. Foto: Reuters

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