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Tres candidatos se postulan en las elecciones del Club de Golf del Uruguay

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Club de Golf del Uruguay

SE VOTA EL JUEVES

Gonzalo Vertiz, Santiago Fernández y Carlos Manini buscan la presidencia

El próximo jueves se vivirá una nueva jornada electoral en el Club de Golf del Uruguay, con la participación de tres listas.

Por un lado, aparece un movimiento encabezado por el Dr. Gonzalo Vertiz, un expresidente del CGU que cuenta con el apoyo del ala no golfista de los asociados.

Otro de los postulantes es el Ing. Santiago Fernández, socio de larga trayectoria en la institución y que ha participado activamente en la parte de golf con la actual directiva. Fernández tiene el respaldo de los socios más tradicionales del CGU.

El tercer candidato es Carlos Manini, actual titular del club, que ocupa ese cargo desde abril pasado por la renuncia de su compañera de lista, Marta Penadés.

Se espera que cerca de 800 personas se acerquen a votar a la sede de Punta Carretas. Según indicaron allegados al club, la contienda electoral se presenta muy pareja y el resultado es incierto. Lo que si está claro es que nuevamente los cargos de la directiva estarán divididos. Por un cambio en los estatutos de hace algunos años, el organismo de dirección se integra de forma proporcional a los votos de cada lista.

Lo importante será ver cómo harán los nuevos directivos para poder avanzar en la revalorización del club mediante los imprescindibles acuerdos en la gestión de una de las principales entidades deportivas y sociales del Uruguay, que además está próxima a su centenario.

Penadés, la primera mujer en ocupar la presidencia del CGU, fue elegida por amplio margen en las elecciones celebradas el 31 de octubre de 2018, tras una campaña electoral inédita en el club por su dureza. Su presencia abrió grandes expectativas debido a su trayectoria en empresas.

Sin embargo, ella renunció al cargo en abril de 2020, señalando diversas situaciones internas, en particular desavenencias con otros integrantes de la conducción.

Penadés se quejó en ese momento de que los tiempos para resolver situaciones eran “demasiado extensos, poco expeditivos y por ende muy desgastantes”.

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