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Wilstermann obtuvo su venganza

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Foto: AFP
AIZAR RALDES

Por 57 años aguardó para humillar a Peñarol, que en el primer partido de la Copa le había ganado por 7-1.

Jorge Wilstermann tuvo que esperar 57 años, pero finalmente disfrutó del dulce sabor de la venganza. Mucho de los hinchas que estuvieron anoche en el estadio Félix Capriles no habían nacido aún cuando el 19 de abril de 1960 Peñarol, en el primer partido en la historia de la Copa Libertadores, había vapuleado al conjunto de Cochabamba por 7-1 en el Estadio Centenario. Sin embargo, padres y abuelos primero y la prensa boliviana en las horas previas al partido de anoche, se encargaron de recordar que ya era hora de vengar aquella dura caída en el debut internacional absoluto.

El 1-1 de la vuelta de aquel 1960 no alcanzó para quitarse el gusto amargo ante el equipo que, a la postre, fue campeón de esa primera edición del naciente torneo continental.

Aquella humillación encontró un poco de consuelo seis años después, cuando por el Grupo 3 de la Libertadores volvieron a verse las caras y en Cochabamba fue victoria del aviador por 1-0. Sin embargo, Peñarol volvió a ganar en la vuelta, entonces por un más lógico 2-0, y una vez más coronó el certamen como el mejor del continente.

Desde entonces la historia se alimentó de otros dos partidos entre ambos, en ese caso por la Copa Sudamericana 2014, con un triunfo global de Peñarol por 6-0 (2-0 en el Centenario en la ida y 4-0 a la vuelta en Cochabamba) antes de llegar al choque de anoche. Entonces sí fue la hora de la dulce venganza para el equipo boliviano. Casi 57 años después cayó, en casa, la goleada tan esperada. El 6-2 de anoche y por el primer partido del Grupo 5 de la Copa Libertadores, pareció ahuyentar varios fantasmas del pasado que reclamaban la revancha.

Como en aquel lejano 1960 Peñarol llegaba como campeón uruguayo y el Wilstermann como campeón de Bolivia, aunque en su caso de uno de los torneos cortos, el Clausura. El humillado pasó a humillar en el Capriles. Fue la noche perfecta para los hinchas locales, que renovaron la esperanza en un equipo que venía a los tumbos (ganó uno de sus últimos cinco partidos, sumó 7 puntos de 18 y está sexto entre 12) y que tenía en la cuerda floja al técnico peruano Roberto Mosquera.

Para Peñarol fue su peor debut en una Copa Libertadores. Le hicieron seis goles por primera vez desde el 26 de agosto de 2006 (3-6 ante River Plate) y repitió un resultado adverso (6-2) que había sufrido en 1989 ante Inter de Porto Alegre, aunque en 2002 Real Potosí también le había hecho seis goles (6-1).

AURINEGRAS.

Viajaron los 20 a Cochabamba.

Thiago Cardozo y Lucas Cavallini viajaron a Cochabamba para estar cerca de sus compañeros a pesar de que el arquero se quedó afuera del banco de suplentes y que el delantero estaba inhabilitado por suspensión.

Tumulto - Por las banderas.

Antes del inicio del partido se armó un tumulto en la tribuna en la que se encontraba un centenar de hinchas de Peñarol. El problema fue porque cuando la policía comenzó a realizar el vallado, les movieron las banderas.

Morena - Se quedó en Santa Cruz.

Un malestar estomacal hizo que Fernando Morena no viaje el día del partido hacia la ciudad de Cochabamba. El Jefe de Relaciones Institucionales se quedó en Santa Cruz de la Sierra y siguió el partido por televisión.

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Foto: AFP

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