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Wanderers se merece un "palo"

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Final. Los jugadores de Wanderers celebran la clasificación, que costó mucho trabajo. Foto: Marcelo Bonjour
Archivo El Pais

El equipo que lleva 11 partidos sin perder y que en la Sudamericana no recibió un gol, suma US$ 925.000.

Es cierto, Wanderers ayer sufrió para clasificarse —o asegurar su pasaje— a los octavos de final de la Copa Sudamericana.

Es más, de entrada no renunció a su estilo habitual de jugar por abajo pensando fundamentalmente en el arco contrario, pero lo hizo con cambios posicionales, como el que lo llevó a que Colombino y Santos conformaran el doble 5 por delante de la retaguardia, mientras Santiago Martínez, que casi siempre integra esa dupla de volantes de marca, se movió por el secgtor central, más arriba y en la misma línea que Rivero y Castro.

Según Gastón Machado, "Santiago (Martínez) había sentido mucho el trajín del partido con Peñarol", y quizá por eso lo liberó de una tarea más defensiva y de mayor desgaste; pero, como admitió luego el propio entrenador, "en el primer tiempo no tuvimos un buen funcionamiento y por esa razón en el descanso tratamos de corregir", algo que se logró en parte, pues en el inicio del complemento no tuvo tantos espacios como antes, pero luego la expulsión de Colombino, y quizá también el desgaste realizado con alta temperatura el sábado pasado, trastocó los planes, al exremo de que el conjunto bohemio hizo entrar a Martín Díaz, que es zaguero, por el "Chapa" Blanco, un atacante.

"El objetivo no fue logrado con nuestro estilo, pero había que conseguirlo de cualquier forma, y en eso los muchachos son tremendos en el convencimiento que tienen...tienen una vergüenza bárbara".

También es cierto lo que reflexionó Machado, quien dijo que "el objetivo era lo fundamental, en lo deportivo y en lo económico"; porque a esta altura de su participación en la Copa Sudamericana, el equipo bohemio cobró US$ 250.000 por jugarla, 300.000 por pasar la primera fase, y ahora va a percibir 375.000 por entrar en los octavos de final.

En total, son US$ 925.000, casi un "palo", lo que parece justo premio para un cuadro que hace 11 partidos que no pierde, con 8 ganados y 3 empatados, y que tiene el arco imbatido en los cuatro que ha disputado en la actual edición de la Copa Sudamericana.

Octavos: como local el 21 o 22.

El rival de Wanderers será el ganador de la llave que integran Junior de Colombia y Blooming de Bolivia, que jugaban el partido de vuelta en Barranquilla al cierre de esta edición, después que el equipo colombiano ganara 2 a 0 de visitante. El primer cotejo será el 21 o 22 en Montevideo, y el 28 o 29 la revancha.

Veedor: tiráte, no hay arenita...

Ayer soplaba un viento fuerte como en la noche del martes, cuando el veedor aplazó el partido por el riesgo de que volaran las chapas de la publicidad estática, que están altas. Francisco Marín explicó que en la víspera se jugó porque "anoche volaba mucha arena y molestaba demasiado, eso se ha superado".

Zamora: manta gruesa y larga.

Los jugadores que estaban en el banco de suplentes del equipo venezolano se cubrieron con mantas gruesas y de gran tamaño, que no daban la impresión de ser del hotel donde se alojaron. Incluso algún futbolista de Zamora jugó con guantes, lo que indica que el rival de Wanderers vino a Montevideo muy bien preparado.

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Final. Los jugadores de Wanderers celebran la clasificación, que costó mucho trabajo. Foto: Marcelo Bonjour

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